Desde el año 2020, el Grupo Energía Bogotá, Enlaza, en alianza con el Proyecto de Conservación de Aguas y Tierra, PROCAT, lidera una iniciativa para la protección del felino Leopardus tigrinus, conocido como tigrillo Lanudo, especie catalogada como vulnerable, VU. Este esfuerzo ha permitido identificar las áreas prioritarias para su conectividad y conservación en los andes colombianos.
A partir de 2022, tras el análisis y estudios necesarios para comenzar su implementación de manera particular y participativa en la región, más específicamente en el área de influencia de los proyectos de transmisión de energía eléctrica Norte y Sogamoso, a cargo de Enlaza, filial del GEB, la estrategia concentra esfuerzos en la subzona hidrográfica del río Bogotá, donde se han identificado corredores de conectividad esenciales para la especie y se buscan mitigar los impactos sobre su hábitat.
Las fases definidas entonces por los especialistas incluyen tres pasos. El primero tiene que ver con el monitoreo preciso de la especie y su distribución potencial en territorio cercano a los proyectos Norte y Sogamoso, que requirió la instalación de 100 cámaras trampa en el área de estudio, las cuales permitieron recopilar información científica clave sobre la presencia del Leopardus Tigrinus en sus corredores de conectividad y las amenazas que afectan su hábitat.
Luego vino el trabajo para generar acciones de conservación con las comunidades locales, y para ello, Enlaza implementó una estrategia de comunicación y educación, con enfoque adaptativo, que dividió en el diagnóstico, para identificar actores clave y el análisis de percepciones; la planeación y el desarrollo, a través de talleres de sensibilización y capacitación en municipios priorizados. Por último, la estrategia participativa de conservación, materializada en la construcción de lineamientos base para una estrategia integral de protección del tigrillo lanudo.
Después siguió el monitoreo y la participación ciudadana, donde Enlaza estableció las bases de un protocolo de monitoreo participativo. Como piloto de aplicación y seguimiento, este protocolo definió indicadores para la especie y sus presas, al tiempo que fomentó la participación ciudadana en la recolección y análisis de datos.
“Actualmente avanzamos en la segunda etapa de este proyecto, que nos permite atender y mitigar las amenazas clave para la especie, en Cundinamarca, y hacer la gestión comunitaria. En todo este proceso, encontramos en la zona, presencia de perros domésticos y ferales, enemigos naturales del felino; conflicto humano-fauna silvestre; deforestación, la cual abordamos a través de estrategias de concientización y conservación comunitaria, y evaluamos el impacto de las líneas de transmisión sobre las poblaciones de tigrillos lanudos”, afirma Mónica Pescador, gerente Ambiental de Enlaza.
La participación comunitaria juega un papel fundamental en esta fase; desde la socialización de resultados hasta la inclusión de habitantes locales en procesos de monitoreo participativo.
Esto implica la recolección, procesamiento y análisis de información por parte de la comunidad, así como la aplicación de herramientas tecnológicas para la gestión y conservación del territorio.
Con estos avances, los proyectos de transmisión de energía eléctrica Norte y Sogamoso, a cargo de Enlaza, del Grupo Energía Bogotá, reafirman su compromiso con la protección del Leopardus tigrinus, o tigrillo lanudo, consolidando así un modelo de conservación participativa y sostenible para la especie en Cundinamarca.