Desde hace tres años, en el municipio cundinamarqués de Mosquera los animales de calle y las mascotas de hogar tiene quien vele por su bienestar y el respeto de sus derechos. Camila Méndez, a través de la Veeduría Ciudadana “Compromiso Real de Bienestar Animal”, Corebian, en su calidad de creadora y presidenta, es, como ella misma lo destaca, “la voz de quienes no tienen voz”.
“Creé una veeduría de bienestar animal durante la pandemia, cuando vi que los animales sufrieron las consecuencias del abandono de las familias o sufrieron las consecuencias de dejarlos en la calle porque sus padres fallecieron. Adicional, porque, cuando nos encerraron durante la pandemia, lo animales, fueron los que quedaron totalmente desprotegidos”, señala Camila, quien ha estado los últimos años de su vida enfocada en el servicio a los demás.
Para esta joven Psicóloga, quien se identifica como mujer altruista, que vive al servicio de la comunidad, el amor por los animales, especialmente los perros, nació hace 20 años, cuando tuvo la oportunidad de trabajar en las fuerzas militares, al lado de jóvenes soldados, quienes habían perdido sus miembros inferiores, víctimas de minas quiebrapatas.
”Cuando hacíamos terapias asistidas con animales para que pudieran tener una vida de inclusión y una mejor calidad de vida, nos dimos cuenta que a través de la equinoterapia podían lograrlo y así mismo, lograban hacer resiliencia a la ausencia de su miembro inferior. Esto me permitió entender la importancia de los animales en la recuperación de un ser humano”, recuerda Camila.
Un aprendizaje que reforzó y enriqueció en su paso por la Policía Nacional, donde trabajó al lado de niños con discapacidad, autismo y Síndrome de Down, La caninoterapia le mostró otros beneficios de esa relación entre el ser humano y los animales.
“Trabajamos en caninoterapia aspectos como seguimiento de órdenes y adaptación en socialización y encontramos que los niños tenían una mejor respuesta a la que conseguían en consultorios. Al mezclar mi profesión de psicología clínica con la medicina alternativa, a través de terapias asistidas con animales, como perros y caballos, logré evidenciar que cumplen una labor importante en la salud mental y física de las personas. Medicina basada en la experiencia”, asegura esta veedora ciudadana.
Estos dos momentos de su vida hoy Camila los canaliza a través de “Corebian” y su trabajo por la protección animal. Como una vocación, más no como una profesión, realiza esa labor veedora, no solamente de vigilancia y control hacia las autoridades, sino también hacia las personas, para que tomen conciencia de que los animales son un miembro más de la familia.
“Me sale a mí, sabiendo que debemos velar por los derechos que tienen los animalitos, porque son seres que no se manifiestan, que no hablan. El velar por la protección de los animales que no tienen una representación, hace que me dedique a seres vivos que no tienen quien vele por ellos”, manifiesta Camila.
Un trabajo de veeduría ciudadana, que se ve respaldado por la Ley 1774, una ley del 2016 que hace que se designe a los animales como seres sintientes, no sólo como animales sino como parte fundamental de una familia, que los hace merecedores de ser tenidos en cuenta como un miembro más de la familia.
“Al ser sintientes y tener unos derechos que no pueden ser vulnerados, yo velo por esos derechos, tanto para los animales que tienen dueño, por una tenencia responsable y más consciente hacia ellos; como con los animales que no tienen dueño y que están en situación de calle, Muchas veces un animal en situación de calle corre hasta con mejor suerte que las mismas mascotas, por cuenta de tenedores maltratadores, que, por ejemplo, los dejan encerrados, no les brindan alimentos, ni comida, ni cuidado. Para mi es importante velar y crear en las personas más consciencia hacia la tenencia responsable de sus mascotas”, reitera la veedora ciudadana.
A pesar del corto tiempo de existencia de “Corebian”, Camila con su trabajo constante ha sabido ganar espacios y tener reconocimiento de las autoridades municipales y de la comunidad. Con su experiencia, entre otros, hace aportes en el diseño de una política pública que vele por la protección animal y, sobre todo, por el buen manejo de los recursos destinados a esta causa.
“Este año se debe dejar en el Plan de Gobierno la construcción de la política pública, para lo cual las veedurías cumplimos un papel importante, porque somos los que, como participación de la comunidad, sabemos las necesidades que en este momento tiene el municipio con el tema de bienestar animal. Nosotros ya pusimos en conocimiento estas necesidades, se hicieron unas mesas de trabajo con la comunidad. Este año aspiro que quede proyectada y construida la Política Pública de Bienestar Animal”, sostiene.
También se brinda a la comunidad. Su trabajo ha traspasado las fronteras del municipio y son cada vez más las personas que acuden a ella, buscando acompañamiento y apoyo en el buen manejo de animales y mascotas.
“Somos el enlace entre la comunidad y las entidades. Somos reconocidos, nos reportan casos y esperan que nosotros de la misma manera, comuniquemos y haya una atención inmediata a lo que la comunidad requiere. Nos han visto muy bien, hemos tenidos muy buena acogida. Me siento orgullosa de haber logrado una aceptación de la comunidad, no solamente en Mosquera. Ya me llaman y me manifiestan casos de Madrid, de Funza, de Facatativá, de Bojacá. Hemos logrado que haya una difusión de la actividad que llevamos a cabo en el enlace, en el control y vigilancia rápida de las personas competentes. Nos piden asesoría de otros municipios para todos los temas de maltrato o rutas de atención. Somo reconocidos no solamente en el municipio sino también a nivel de Gobernación de Cundinamarca”, afirma esta joven mujer.
Los logros alcanzados hasta ahora, hacen que hoy Camila promueva entra la comunidad la creación de nuevas veedurías ciudadanas, dedicadas a trabajar por el cuidado de los animales y mascotas y generar ese control social a los funcionarios y de la misma manera, ejercer la vigilancia al presupuesto asignado. Por eso, ayudaría y apoyaría a que las demás personas crearan veedurías.
“Mi invitación es a crear nuevas veedurías, a vigilar y controlar que los funcionarios públicos cumplan con su labor, en lo que fueron contratados en temas de bienestar animal. Así mismo, que cumplan las actividades de manera eficaz y eficiente hacia toda la comunidad, tanto población rural como población urbana”, señala.
Camila ya está recogiendo el fruto de su trabajo. Con el pasar de los días, son cada vez más los resultados positivos, en beneficio de la comunidad y de los animales, que comenzaron a llegar desde el mismo momento en que nació la veeduría ciudadana “Compromiso Real con el Bienestar Animal”.
“En la pandemia hubo una destinación del presupuesto obviamente al tema de salud y al tema de auxilio para las personas. Pero gracias a la veeduría, no quitaron el recurso del bienestar animal, lo mantuvieron y, por el contrario, lo aumentaron para dar mayor protección a estos seres, que en su momento quedaron en abandono, que en su momento quedaron sin una atención médica veterinaria, en vista de que cerraron todas las instituciones médicas veterinarias”, concluye Camila, quien, junto a su esposo, tiene en su hogar cuatro perritos, dos de ellos hembras que rescató de unos maltratadores, que las tenían en muy malas condiciones y solo para cría.
Camila Méndez y su veeduría ciudadana Corebian se han ganado un espacio en el corazón de los mosquerunos y cundinamarqueses. A ella acuden permanentemente, a través de sus redes sociales: Facebook, Ayde Camila Mendez Pineda; Instagran, camilaayde; el correo electrónico, corebian2021@gmail,com; y TikTok, aydecamilamendezp