
Con una inversión superior a los $3.884 millones, financiada en su totalidad por la administración municipal, el Centro de Bienestar Animal, ubicado en Mosquera, Cundinamarca, cuenta con instalaciones adecuadas y personal calificado para la atención de caninos, felinos, equinos, bovinos y aves.
Además, se destaca una zona especial para fauna silvestre. Esta infraestructura está diseñada para albergar hasta 24 perros, 20 gatos, 2 equinos, 2 bovinos y animales silvestres en tránsito.
“Desde el Instituto trabajamos de la mano con los municipios para robustecer sus capacidades locales. Este centro es un ejemplo de cómo, con voluntad política y articulación institucional, se pueden generar soluciones reales para proteger la vida animal en el departamento”, afirmó Juan Guillermo Rubio Vallejo, gerente del Instituto de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca, IPYBAC.
Igualmente, se resalta que el equipo del Centro está conformado por tres médicos veterinarios, un auxiliar veterinario, un estudiante de zootecnia, personal administrativo y operativo, lo que garantiza una atención técnica integral.
Entre los servicios que ofrece se encuentran:
– Valoración médica básica
– Atención a víctimas de maltrato y abandono
– Campañas comunitarias de sensibilización
– Rescate y promoción de adopciones responsables
Actualmente, se estima que el Centro atiende entre 40 y 80 animales al mes, y proyecta recibir hasta 150 animales al año en situación de abandono o vulnerabilidad.
Durante la apertura oficial se presentaron también tres iniciativas estratégicas por parte del municipio:
– Dotación completa del centro, para garantizar su sostenibilidad operativa.
– Línea de atención para denuncias de maltrato animal, que fortalece la respuesta institucional ante casos de crueldad.
– Censo poblacional de caninos y felinos, herramienta clave para la planificación de acciones de salud pública y control poblacional.
Finalmente, según las autoridades municipales, el nuevo Centro de Bienestar Animal no solo representa un avance en infraestructura, sino que constituye un modelo de gestión integral del bienestar animal, articulado con las políticas del Plan de Desarrollo Departamental “Gobernando: Más que un Plan”, que incluye al respeto por los seres sintientes como eje transversal del desarrollo territorial.