La directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, Astrid Cáceres, dio a conocer las estrategias que ha implementado Colombia luego de la firma del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las Farc para combatir y prevenir el reclutamiento forzado de niños y niñas.
Al respecto, se indicó que el pronunciamiento lo realizó en el segundo día de deliberaciones que enmarcan la Primera Conferencia Ministerial para Poner Fin a la Violencia Contra los Niños, donde se abordó el tema del reclutamiento de la niñez y adolescencia por los grupos armados y organizaciones criminales.
“Una de las primeras cosas que pasó es que Colombia por primera vez se acogió a la declaración de Escuelas Seguras lo que nos cambia la manera en que abordamos los espacios en los que los niños y niñas están conviviendo, desarrollándose o participando en el conflicto”, explicó la funcionaria.
Igualmente, la directora del ICBF reiteró que “en Colombia existe una comisión presidencial de alto nivel que se llama la Comisión Intersectorial de Prevención del Reclutamiento de Niños y Niñas, Ciprunna, donde articulamos las partes para tener una respuesta cuando se presentan estos casos”.
Así mismo, sostuvo que dicha instancia del alto Gobierno cambió su metodología para tener un enfoque más regional, que es donde se vive el conflicto e indicó que “una metodología a nivel presidencial, a nivel regional en unos territorios concretos, trabajando con los actores locales en esa toma de decisiones de manera que la coordinación no solo se dé desde la Presidencia sino desde el conocimiento local y del territorio lo que permite combatir este delito de forma más efectiva”.
De igual manera, Cáceres fue enfática en insistir que para Colombia es claro que un niño vinculado a un grupo armado es un niño víctima y no debe ser tratado como un delincuente. Aseguró que “luego de las primeras 36 horas después de que el niño se desvincula, por diferentes caminos, no pueden ser interrogados, no pueden ser delatores, no puede forzárseles a decir cosas de lo que pasa en el conflicto, ellos son víctimas y han sido parte de una cadena que los está usando. Eso lo entiende el Estado y así lo aplica”.
Igualmente, la directora de Bienestar Familiar agregó que uno de los aprendizajes que ha dejado este proceso es que es necesario trabajar con las familias para que los niños se sientan acogidos.
“Estamos trabajando con las escuelas, porque muchas veces reciben visitas de los actores armados, iniciamos una campaña que se llama ‘Crece una Generación para la Paz’ donde cada colegio puede ser visibilizado como un espacio protector para que los actores armados entiendan que hay unas políticas de protección de los niños de Colombia”, manifestó la funcionaria.
Además, agregó que “al tratar a las niñas y los niños como víctimas y no como delincuentes, hemos trazado una ruta para la prevención centrada en la familia. Es necesario restablecer el tejido familiar para prevenir el reclutamiento”.
Por último, destacó que las alianzas con la sociedad civil son importantes para evitar este flagelo y subrayó que “en Colombia el trabajo se ha hecho junto a La Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, (Coalico) y las comunidades indígenas, quienes se han convertido en un factor protector, encontramos formas para trabajar por los niños para que el reclutamiento cese”.