El gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey Ángel, estima que el proyecto de resolución de Minambiente, sobre ordenamiento ambiental de la Sabana de Bogotá, frenaría en seco la productividad y tendría graves repercusiones para 40 municipios de Cundinamarca, y añadió que sería un buen gesto del Gobierno ampliar el plazo para hacer comentarios.
“Entendemos el objetivo loable que pretende el Ministerio de Ambiente con los lineamientos de ordenamiento territorial para la Sabana de Bogotá. Es claro que debemos mejorar nuestra planificación y garantizar un crecimiento sostenible. Sin embargo, el mecanismo planteado genera incertidumbres, se necesitan precisiones”, advirtió el mandatario.
De igual manera, tras reconocer que el ritmo y la forma en que se ha dado el desarrollo urbanístico y de inversión en la Sabana no han atendido principios de adecuada planeación regional para garantizar del todo la preservación ambiental, Rey señaló algunas preocupaciones que despierta el proyecto de resolución:
– No podrían localizarse en el territorio actividades productivas nuevas o mejoradas.
– Las obras viales para solucionar los graves problemas de movilidad entre Bogotá y Cundinamarca se demorarían más o podrían no tener licencia.
– Sería improbable hacer realidad nuevos proyectos de transporte masivo regional y se dificultaría aún más la construcción de infraestructura para garantizar cobertura de la demanda de servicios públicos.
Impactos del nuevo modelo de ocupación de la Sabana
Según el mandatario departamental, uno de los puntos más polémicos de la resolución es su propuesta de que todo el suelo de la Sabana de Bogotá sea declarado de protección ambiental o agrícola, prohibiendo la expansión urbana más allá de lo que ya está aprobado.
“Nos identificamos con los lineamientos publicados en lo que respecta a la necesidad de preservar el ecosistema de la Sabana, proteger las zonas productoras de agua y definir espacios para el desarrollo de prácticas agrícolas que garanticen la seguridad alimentaria”, afirma Rey.
Igualmente, el mandatario sostiene que “se debe resolver de manera paralela dónde se habilitaría suelo para garantizar el asentamiento de 2.300.000 habitantes más, que tendría Cundinamarca en 2050, según el censo del DANE, aspecto que esta resolución no toma en cuenta”.
Así mismo, Rey añade que la cartografía utilizada en la resolución no siempre refleja la realidad del territorio y enfatiza que “no tenemos una escala cartográfica adecuada para la toma de decisiones, entonces se toman decisiones como, por ejemplo, en Tocancipá, donde hoy se dice que la zona determinada de humedal es casi un 50 o 60% de la totalidad de su territorio, lo que significa que sería prácticamente improbable cualquier actividad en esa área que hoy se considera humedal, pero si va al territorio, no hay tal”.
Implicaciones significativas
Al respecto, se indica que 24 municipios, de los 40 afectados, tendrían toda su área municipal impactada por esta medida. En los otros 16, la afectación sería parcial.
Igualmente, la resolución establece un modelo de ocupación que declara que todo suelo de la Sabana debe ser de protección ambiental o agrícola. No se podría construir más de lo que ya está aprobado, no habría áreas de expansión.
Además, solo en vivienda, se podría estar hablando de unas 350.000 viviendas en trámite de aprobación de más de 40 planes parciales en curso que el lineamiento dejaría en un limbo de congelación de los trámites. Proyectos de infraestructura vial, aeroportuaria, entre otros, van a tener nuevos requisitos para obtener permisos ambientales, lo que hará los proyectos más costosos y demorados.
De acuerdo con el gobernador, la resolución es redactada en términos ambiguos, poco precisos, requiere un mayor grado de especificidad y rigurosidad para que las autoridades ambientales puedan actuar. La resolución debe precisar qué se puede y qué no se puede hacer.
Las áreas habilitadas hoy como suelo de expansión o suelo suburbano serán respetadas y no tendrán retroceso. Pero lo que resta (casi un 85% del territorio de municipios de la Sabana) no podrá tener ningún uso distinto al ambiental o agrícola, lo que plantea un problema a mediano y largo plazo.
Una propuesta sin concertación
El proyecto de resolución fue publicado al terminar la semana pasada, el viernes 28 de febrero, sin un proceso previo de socialización con las entidades territoriales, lo que ha generado preocupación en el Gobierno departamental.
“Esperábamos construir estos lineamientos de manera armónica y coordinada en mesas técnicas, pero nos toma por sorpresa esta publicación. Ahora estamos analizando el documento y sus implicaciones jurídicas para presentar observaciones en el plazo establecido por el Ministerio”, explicó Rey.
El gobernador también cuestionó la diferencia en los tiempos de análisis: mientras el Ministerio tardó más de un año en la elaboración del documento, a los municipios se les han dado solo cinco días para presentar comentarios.
“Esto contradice la voluntad de hacer un proceso realmente consultivo. Un buen gesto del Ministerio sería ampliar el plazo para permitir una evaluación técnica rigurosa de los impactos”, agregó.
“El Gobierno de Cundinamarca insistirá en la necesidad de un diálogo amplio, con el fin de encontrar un equilibrio entre la protección ambiental y el crecimiento sostenible de la Sabana”, enfatizó Rey.