
En la Dirección General de la Policía Nacional, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, presidió el acto de presentación del documento de la Política de Integridad que reafirma los lineamientos de comportamiento y las directrices éticas para el desempeño de la profesión policial en sus diferentes especialidades y rangos.
En su intervención el jefe de la Cartera de Defensa afirmó que cada hombre y mujer debe contar con la convicción permanente de rectitud para prestar un servicio íntegro e intachable a las comunidades.
“Cada uno y cada una de las policías deben tener cerca el significado de su misión, de lo que implica esto de estar dedicados al servicio público, es decir, al servicio del otro, que debe ser el norte que guíe esta convicción. Cada una de las actuaciones de ustedes, de todos los y las policías del país. Debe haber una convicción que les permita, no solo actuar correctamente, que es indispensable, sino actuar entregándose al otro, por eso somos servidores”.
Así mismo, el Ministro manifestó que la Inspección General jugará un papel fundamental cómo organismo rector de la integridad policial, bajo las orientaciones del director de esta institución, el general William René Salamanca Ramírez y de su inspector general, el Brigadier General Carlos Fernando Triana Beltrán.
“Estamos al servicio, y en esa convicción, en ese comportamiento siempre ajustado a las normas éticas se funda la legitimidad de la Policía Nacional. Una legitimidad que tiene que ir creciendo, que va creciendo indudablemente, pero que tiene que alcanzar elevados niveles. La policía esta para garantizar la convivencia ciudadana, para garantizar el disfrute de los derechos. Su formación, su actitud, su actuación tiene que corresponden con esas finalidades constitucionales”, destaco Velásquez.
Finalmente, el ministro felicitó al director de la Policía Nacional, general Salamanca, por el documento que hoy entra en vigencia y que será responsabilidad de cada uniformado de hacerlo propio e implementarlo en cada una de sus actuaciones frente a la ciudadanía, así como introducir los correctivos a su comportamiento cada vez que advierta una desviación de las líneas éticas policiales.