
La nueva estrategia del Gobierno contra las drogas da prioridad al cuidado de la vida y del ambiente, poniendo en primer lugar los derechos humanos, la salud pública y el fortalecimiento de la paz. En su formulación participaron, por primera vez en la historia, las comunidades y los territorios directamente afectados por el tráfico ilícito de drogas.
Para ello, el Ministerio de Justicia realizó 27 espacios territoriales en 16 departamentos y Bogotá, 51 mesas técnicas bilaterales, tres sesiones con aliados estratégicos, cinco con sectores de la Comisión Mixta de Coordinación y Seguimiento y tres espacios con sectores específicos: mujeres, jóvenes y prevención.
Sobre la iniciativa, se aseguró que el objetivo es reducir casi a la mitad la producción de cocaína en el país, afectar las finanzas ilícitas, reducir la deforestación anual y bajar sustancialmente las emisiones de CO2 a la atmosfera, apoyándose en dos pilares principales:
Oxígeno, dirigido a los territorios, las personas y los ecosistemas afectados por el mercado de drogas ilegales; y Asfixia, enfocado a las estructuras criminales que generan violencia y se lucran en mayor proporción de esta economía ilícita.
Finalmente, destacar que la nueva política ha sido presentada y recibido apoyo en diversos foros y escenarios, entre ellos las Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos.
Transición de una economía ilegal a otra legal
Por su parte, el presidente Gustavo Petro Urrego anunció que su Gobierno busca convertir el Valle del Micay -uno de los complejos cocaleros del suroccidente del país- en el plan piloto de su nueva política contra las drogas, que les permita a las comunidades campesinas dar el paso de una economía ilegal hacia otra legal.
“En el Valle del Micay (Cauca) queremos hacer la primera experiencia concertada con la comunidad toda. Algunos nos querrán, algunos otros no, para transformar una economía en otra. Eso vale dinero, indudablemente. Y eso necesita de un Estado y más que del Estado, de un esfuerzo social, incluso, que va más allá de nuestra propia nación. De un esfuerzo nacional, indudablemente. Con ustedes queremos cambiar esta economía”, manifestó.
El anuncio lo hizo el jefe de Estado durante la presentación de la Política Nacional de Drogas 2023-2033 ‘Sembrando vida, desterramos el narcotráfico’, la cual tuvo lugar en el municipio de El Tambo (Cauca).
En tal sentido, sostuvo que la nueva política contra las drogas no se basa en la represión ni en llevar a los campesinos a la cárcel y aseveró que el objetivo es “lograr que un campesinado y unas comunidades étnicas puedan prosperar, mostrándole al mundo cómo una política que no se basa en las rejas, que no se basa en las extradiciones, que no se basa en la corrupción del Estado o en la represión, puede ser muchísimo más eficaz”.
Una región próspera y en paz
De igual manera, el presidente Petro explicó que el Gobierno quiere transformar esos territorios en unas regiones prósperas en donde reinen la educación y la paz.
“Nosotros queremos una economía campesina próspera que permita -como decía en mis discursos de campaña- que cualquier hija o cualquier hijo del campesino y de la campesina pueda estudiar siquiera medicina, matemáticas o filosofía. Ese es el objetivo. Queremos esa comunidad en paz”.
Así mismo, el jefe de Estado recalcó que, con su Gobierno, la región del Micay tiene la oportunidad de torcer el curso de una historia de décadas alrededor del narcotráfico y transformar esa realidad.
“Yo he dado la orden a todos los miembros del Ejército de tomar El Plateado (en el Valle del Micay). Yo la di, ahí no puede haber confusión”, enfatizó el presidente.
Hoja de coca
Así mismo, el jefe de estado pidió no satanizar la| hoja de coca y sacarla de la lista de sustancias prohibidas para que pueda ser utilizada por la industria y contribuir en la sustitución de economías ilícitas en regiones como el Valle de Micay.
En tal sentido, el mandatario señaló que “¿cómo podemos coger la hoja de coca y volverla fertilizante? Porque yo no satanizo la hoja de coca. Le pedí al señor Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, que saque la hoja de coca de las llamadas sustancias prohibidas, porque la hoja de coca no tiene la culpa. Es la transformación industrial de unos mercaderes lo que produce el efecto negativo”.
Además, explicó el mandatario que se puede lograr la industria de biofertilizantes y otros productos, como comida o nutrientes.
“Nunca a un indígena hace dos mil años se le ocurrió hacer cocaína de la hoja de coca. Eso fue a un capitalista europeo en el siglo XIX. Ese saber indígena sabía que esa hoja se podía utilizar en otras cosas. Por eso la usaron y se convirtió en planta sagrada, según sus creencias”, reiteró el presidente Petro.
Finalmente, ante líderes sociales, campesinos, indígenas, afros, miembros de organizaciones de mujeres y jóvenes y representantes de la comunidad internacional, el presidente Petro convocó a trabajar juntos para avanzar en el Valle del Micay en la primera experiencia concertada con toda la comunidad para transformar la economía regional.
“Es la hora de dar los saltos a una economía lícita en toda esta región y que esta región, con la industria cafetera, cacaotera, ganadera o de la hoja de coca, se convierta en uno de los ejes espirituales, en un alma del Cauca, tierra de tantas guerras y de tanta historia”, subrayó.
El mandatario convocó a inversionistas internacionales, como las tiendas Walmart, a participar en el proyecto de sustitución que impulsa el Gobierno del Cambio.
“¿Es que esos señores de Walmart no pueden venir aquí a las bocas del Micay a comprar el café del campesinado y poner en sus supermercados la nota según la cual el Micay es la región que vendiendo este café se enriquece y que le mostró al mundo cómo remplazar una economía ilícita por otra lícita?”, precisó el presidente Gustavo Petro.