Los últimos diez años de su vida, don Fredy Alfonso De Oro Valdeblánquez los ha dedicado a vigilar el buen uso de los recursos públicos en el departamento de La Guajira, especialmente en su natal Riohacha. Este Administrador Logístico se define como “un ciudadano del común, un veedor ciudadano”.
“Hay que asumir responsabilidades también, entonces lo hemos hecho, tratando de ayudar. Hago parte de un movimiento cívico por la defensa de Riohacha, he acompañado algunas otras organizaciones en temas bastante considerables, más que todo, que han afectado al medio ambiente y hemos tratado de apoyar y ayudar en algo”, explica.
Don Fredy Alfonso tiene claro su papel como veedor, en favor de su comunidad y para beneficio de la ciudad y su desarrollo. Lamenta que en el pasado los recursos no hayan sido administrados adecuadamente, lo que ha llevado a falta de desarrollo en la región. No obstante, cree en un mejor futuro.
“Uno tiene que ser proactivos, tienen que ser constructivo. Nosotros no tenemos el interés de que metan a alguien preso, nosotros tenemos el interés de que no se pierdan los recursos que están para mejorar las condiciones de la gente, esa ha sido siempre la intención. No somos investigadores, nosotros somos una alerta y se la hacemos saber a ellos”, manifiesta don Fredy Alfonso
Sobre el papel que cumplen los organismos de control, en su acompañamiento a los veedores ciudadanos y a las veedurías, destaca que “han venido, han acompañado y han cumplido con eso de las capacitaciones. Nos han formado con capacitaciones muy buenas, con buenos conductores, con buenos panelistas, con buenos conferencistas. Lo han hecho, pero a ellos les falta más mostrarnos en que se están gastando la plata”.
Es enfático al señalar que, por ejemplo, frente a la corrupción, el silencio y la indiferencia hace responsables a quienes callan y deja que este delito coja fuerza. Por eso, considera que con su trabajo aporta un granito de arena en la lucha contra el mal manejo de los recursos.
“Vamos a jugar un papel muy importante, anteriormente lo hemos hecho. Yo he participado en más o menos tres gobiernos en el tiempo que tengo como veedor ciudadano. Veedores ciudadanos somos todos, la indiferencia es lo que ha permitido que la corrupción coja cuerpo, la indiferencia ciudadana, la indiferencia como comunidad, esto es lo que ha permitido que la corrupción haya crecido”, asegura este hombre preocupado por el bienestar común.
Don Fredy Alfonso cree que está haciendo camino, dando ejemplo para que futuras generación también asuman su papel de veedores. A quien se le acerca siempre le tiene un consejo y le indica que “se formen verdaderamente en el control de la entidad, tienen que formarse y trabajar con los funcionarios, si hay funcionarios de buena voluntad, que hacen su trabajo bien hecho. El veedor tiene que buscar siempre la transparencia, ayudar a detectar la alerta, comunicar. Que se capacite mucho porque los mecanismos que tiene la corrupción están hechos por los mismos corruptos”.
Don Fredy Alfonso seguirá siendo veedor ciudadano, pues “es el sentimiento de pertenencia, le hace sentir a uno que ayuda en algo, a defender lo que se puede rescatar o que al menos no lo sigan dilapidando, eso le nace a uno. Aquí no vienen otros a hacer la anomalía, la hacemos nosotros mismos. Ser veedor ciudadano es una vocación, es un sentimiento que viene del lugar donde uno nació. A veces uno se siente responsable de que todo lo que ha pasado, por la indiferencia de uno, del vecino, del amigo”.
Y concluye asegurando que “a nosotros no nos ha nombrado nadie, nosotros tenemos la disposición de ser veedores, nos hemos formado y capacitado y nos han dado ciertas credenciales. ¿Pero, a mi quien me saca? A mí nadie me puede prohibir, a no ser que cometa un delito y esté sancionado. No conozco veedores sancionados ni conozco, comprados o que se hayan vendido. Sí conozco a quienes les ha tocado poner una gota de sacrificio o han sido amenazados o les ha tocado buscar asilo internacional”.