En el marco de la iniciativa ‘Destruyendo el miedo, construyendo esperanza‘, las Fuerzas Militares, con el apoyo de la Fiscalía General de la Nación y la empresa Acerías Paz del Río, realizaron la fundición de cerca de 23.500 en la Planta Industrial en Belencito, Nobsa, Boyacá.
Al respecto, se destacó que el objetivo es transformar las armas incautadas y decomisadas en desarrollo de operaciones militares y de policía en los últimos años, así como las entregadas de manera voluntaria.
De igual manera, se indicó que estos elementos ya se encuentran en un proceso de conversión para ser materia prima vital para la construcción de proyecto de infraestructura en beneficio de la población civil y a la Fuerza Pública. El resultado de esta transformación se constituirá en insumos para la consolidación de proyectos sociales, generando bienestar.
En tal sentido, se resalta que dichas obras se verán reflejadas en estribos, flejes, acero figurado, pernos, cerchas, varilla corrugada, malla electrosoldada, alambres entre otros, necesarios para obras como puentes, vías, escuelas, colegios, plantas de tratamiento de aguas, bases y alojamientos militares entre otros.
Este acto, según las autoridades castrenses, es un aporte institucional a la consolidación de la paz y la seguridad de la población civil. De igual manera busca contribuir a la economía circular y la protección del medio ambiente.
En esta oportunidad, la fundición contó con un acto simbólico en las instalaciones de la siderúrgica, dando cumplimiento del Decreto 2535 de 1993, en el cual se instaura el deber legal del Estado de destruir el material decomisado que, entre otras razones, no pueda ser reconvertido o utilizado por la Fuerza Pública. Esta es la segunda vez que Acerías Paz del Río realiza el proceso de fundición.
Entre el material que fue destruido se encuentran armas de fuego como revólveres, pistolas, fusiles, carabinas, ametralladoras, subametralladoras, morteros y lanza granadas de diferentes calibres, así como accesorios para las mismas, las cuales fueron incautadas principalmente en operaciones militares y de policía en contra de grupos armados organizados y delincuencia común, logrando evitar su empleo en acciones contra la vida, la seguridad y el bienestar de los colombianos.
Así mismo, nuevamente fueron incluidas armas traumáticas, las cuales fueron modificadas por los criminales de manera ilegal para ocasionar una mayor afectación y letalidad. Es de anotar que esta clase de elementos ya son considerados armas de fuego.
Las armas fueron transportadas en tren desde la localidad de Puente Aranda en Bogotá, donde fueron embarcadas en cajas, tipo guacales de madera, cumpliendo con los más rigurosos protocolos de seguridad y custodia. A bordo de la locomotora, iba un nutrido grupo de soldados garantizando la custodia y seguridad durante los cerca de 260 kilómetros del recorrido. También, durante la ruta se tuvo presencia de la tropa en puntos estratégicos.
Vale mencionar que “Destruyendo el miedo, construyendo esperanza” es un proyecto social que hace parte del compromiso institucional de contribuir, mediante la reutilización del acero, en un significativo aporte a la defensa de la vida, la protección del medio ambiente y la economía circular. Desde 1992 ya han sido destruidas más de 670 mil armas de fuego de corto y largo alcance, muchas de ellas empleadas contra la dignidad humana y actividades criminales.
El material obtenido de estas fundiciones se ha empleado en la construcción de monumentos de memoria histórica, obras civiles, herramientas agrícolas, para viviendas de interés social, entre otros.
“Con esta actividad las Fuerzas Militares, con apoyo de Acerías Paz del Río sacan de circulación estas armas involucradas en la comisión de delitos y acciones en contra de la vida, contribuyendo al mejoramiento de las condiciones de seguridad y bienestar en las zonas urbanas y rurales”, enfatizaron las autoridades castrenses.