Para atender la llegada de visitantes locales y extranjeros a los destinos turísticos del país, los empresarios tienen el reto de brindar experiencias culturales y naturales, al tiempo que se garantice el cuidado y protección de los recursos naturales.
Así, para avanzar en la consolidación de una industria turística en armonía con la vida, que fomente la sostenibilidad, impulse la justicia económica y social y genere nuevos ingresos para las comunidades, los empresarios del sector son un aliado.
Germán Umaña Mendoza, ministro de Comercio, Industria y Turismo, destacó que “durante esta Semana Santa, más de 87.000 prestadores de servicios turísticos tendrán la oportunidad de acercar nuestra cultura y nuestros destinos naturales a los viajeros que ingresen al país, o que realicen viajes dentro del territorio. A todos ellos queremos invitarlos a que nos acompañen en la protección del medio ambiente y el desarrollo de la economía local y regional incluyente, que priorice a las comunidades y esté encaminada en la búsqueda de la paz total”.
A su vez, Aurelio Mejía, gerente general de Colombia Productiva, indicó que “las micro, pequeñas y medianas empresas que prestan servicios de turismo tiene el reto de elevar la calidad de su oferta para responder a las nuevas exigencias de los viajeros, así como dar un mayor valor agregado para aprovechar el potencial de sus comunidades y territorios. Esto les permitirá crear escenarios y oportunidades para la inclusión productiva en el sector turístico”.
En este sentido, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de Colombia Productiva, ofrece a los empresarios de la cadena turística cuatro acciones que pueden implementar para aprovechar la riqueza natural y el potencial cultural de los destinos turísticos, al tiempo que se prioriza el cuidado del medio ambiente y se avanza en la transición económica y el desarrollo productivo del turismo.
Las recomendaciones son:
Priorizar la construcción de infraestructura con materiales sostenibles, utilizando los propios de la región, que no afecten la sostenibilidad y que sean resistentes a la corrosión. Por ejemplo, sustituir el asfalto por madera u otros materiales que permitan el filtrado de agua. También, evitar que la arquitectura y el diseño interior del establecimiento afecte e influya en el goce paisajístico natural.
Proteger el valor patrimonial y cultural de los destinos en el territorio, adoptando e implementando políticas para la protección del patrimonio histórico y cultural de los sitios visitados, de acuerdo con los lineamientos de las entidades pertinentes. No permitir la venta, comercialización, tráfico o exhibición de piezas arqueológicas, a menos de que cuente con los permisos respectivos y sea un aliado de las culturas indígenas, afrocolombianas y campesinas para salvaguardar su patrimonio.
Elaborar y ejecutar un plan de reducción y reciclaje de agua, conociendo, registrando y monitoreando el consumo del preciado líquido. Una posibilidad sencilla es instalar un medidor en la tubería de ingreso y llevar un control periódico del consumo. También considerar el reemplazo gradual o la implementación de fuentes de agua eficientes desde un principio y el uso de sistemas ahorradores.
Prevenir enfermedades infecciosas y cuidar la salud de los viajeros, divulgando de manera permanente a sus clientes y empleados información y recomendaciones claras sobre medidas de protección personal para la prevención de enfermedades infectocontagiosas. Además, no permitir que personas con enfermedades contagiosas, erupciones, heridas infectadas o mal protegidas, entren en contacto directo con los productos y asegurarse de que las cubran apropiadamente.