Por: Jorge Mario Yepes
Quisiera estar bien con todos mis amigos…
Pero a unos se los llevó la corriente por no saber remar y por no saber reír.
A otros, el remolino, porque no aprendieron a amar. La soberbia se los prohibió.
Quisiera estar bien con todos mis amigos, pero a unos se los llevó el orgullo y la muerte sin enterarse que murieron. Son fantasmas en la mente y me hablan en los sueños
A otros, los arrastró la infelicidad por no saber valorar la fuerza de la corriente y lo corto del caudal.
A mí también me llevó una corriente fatal, en espumas de soberbia y juventud desbocada con vicios como de almíbar …No supe cuando parar.
Se volvieron amargos los placeres después de robar mi voluntad.
Quisiera estar bien con todos mis amigos … ¡Pero ellos conmigo jamás! Cuando el fango me llevó en su corriente de infiernos sin barca y sin moneda para pagar al barquero, pero yo, por la misericordia, de Dios. (El de todos y el de los ateos), saqué mi voluntad y nadé con mucha fuerza, de la mano de la providencia, salí de ese cauce de lodo, volví a caminar!! con mi frente en alto
Ya sé quiénes son todos mis amigos: Aquellos que dicen; ¡hola mi amigo! ¡Allá el amigo córrase para un lado!, ¡Está muy equivocado el amigo! ¡Ese amigo no te conviene!
Sí. Lo acabo de descubrir ahora, con amigos así para qué enemigos, mi queridísimo amigo.
Tengo amigos inmensamente ricos, y otros tan pobres, que lo único que tienen es dinero.