Sincelejo recibió a 15 asociaciones productivas de Córdoba y Sucre, convocadas por la Agencia Nacional de Tierras, ANT, con el fin de participar en el Segundo Encuentro Territorial de Fincas para la Reforma Rural. Integral.
Al respecto, se informó que el objetivo fue socializar los modelos de parcelación de predios y de adjudicación, así como el Programa Especial de Dotación de Tierras para la producción de alimentos a asociaciones y actores sociales del departamento.
En esta oportunidad, cerca de 100 campesinas y campesinos, asociaciones e instituciones gubernamentales como la Agencia de Desarrollo Rural y el Banco Agrario, participaron en la socialización de la oferta institucional y presentación de las acciones y mecanismos del Programa Especial de Dotación de Tierras a población campesina.
El espacio, liderado por la Agencia Nacional de Tierras, brindó acompañamiento y fortaleció las capacidades de asociaciones y organizaciones beneficiarias de tierras.
“El interés del Gobierno nacional es que acompañemos la Reforma Rural Integral, por eso saber qué pasa en los predios luego de entregarlos es fundamental. Saber qué está pasando en la tierra en términos productivos, organizativos, de comercialización, de tenencia”, afirmó Andrés Fuerte, asesor de dirección general de la Agencia Nacional de Tierras.
Igualmente, el funcionario sostuvo que “nos interesa que esas tierras produzcan alimentos, que puedan ser comercializados a buen precio y que eso mejore la calidad de vida de los campesinos y campesinas”.
Por su parte, Manuela Herazo Pertuz, una de las mujeres rurales que participó del encuentro, aseguró que “estos espacios son muy importantes porque con la vida jurídica de nuestros predios avanzamos en la gestión y articulación con los programas y proyectos del Gobierno del Cambio, para hacer posible la Reforma Rural Integral”.
De igual manera, se destaca que esta iniciativa, que se estará realizando a lo largo y ancho del territorio colombiano, no solo brindó información crucial a los campesinos sobre sus derechos y oportunidades, sino que también fomentó un sentido de inclusión y participación activa en los procesos de reintegración y desarrollo comunitario.
“Al empoderar a estas comunidades con conocimientos y recursos, se fortalece el tejido social y se sientan las bases para una paz duradera y un desarrollo sostenible en las regiones afectadas por el conflicto”, enfatizó la ANT.