En el auditorio de la Clínica San Luis, en la ciudad de Bucaramanga, 27 niñas y niños, recibirán el diploma en el que les certifican que han terminado con éxito su tratamiento oncológico, que han superado esta penosa enfermedad del cáncer.
“Es una oportunidad, primero, de volvernos a reunir; segundo, de celebrar la vida. Es la forma como celebramos la vida de los chiquitines que vencieron el cáncer”, comenta Wendy Paola Castillo Carreño, Psicóloga y Coordinadora de la Fundación San Luis.
Vistiendo su toga y su birrete, cada graduando estará acompañado de sus papás. Son 13 niñas y 14 niños, entre uno y 19 años, a quienes en su mayoría les habían diagnóstica leucemia.
“Tiene el mismo protocolo de cualquier ceremonia de graduación, con una mesa principal donde están los representantes de las áreas que ha estado siempre en contacto con los niños, durante todo su proceso. También, representantes del personal de enfermería, de los oncólogos y la parte de psicología, que es algo fundamental del proceso de estos chiquitos y sus familias”, explica la coordinadora de la Fundación.
En esta oportunidad, la ceremonia tendrá el concurso de dos presentadores y estará acompañada de sonidos, luces y músicos. Como detalle especial, se dispuso de una alfombra para que cada uno de los graduandos pase a recibir su diploma.
“La mayoría de ellos ingresaron por urgencias de la Clínica, pues ya empezaban a presentar los síntomas de alerta. Allí, se hacen, inicialmente, las pruebas de laboratorio, que permiten determinar, en definitiva, que el niño tiene la enfermedad”, recuerda Wendy Paola.
Se trata de la quinta promoción, la primera después de la pandemia. La última había sido en el 2019. Es por ello, que en esta ocasión, del grupo de graduandos, hacen parte pacientes que superaron la enfermedad en tiempos del Covid.
“Algunos terminaron sus procesos en la época de pandemia y esta es la oportunidad de graduarlos, ya que las ceremonias estuvieron suspendidas. Eran muchos, sólo que hay algunos en otras ciudades, están alejados y nos les quedó fácil poder asistir”, comenta la Coordinadora de la Fundación.
Termina así un proceso, que para algunos fue de dos o tres años, tiempo en el que siempre contaron con el acompañamiento del personal de la Clínica San Luis. En sus casos, la clave fue detectar prontamente la enfermedad.
“La determinación temprana, siempre es la clave. Es un proceso en que intervienen, primero los médicos generales, luego los pediatras y por último, los oncólogos, quienes dan el diagnóstico final. De ahí, se determina el tipo de tratamiento que se va a seguir con cada niño”, comenta la psicóloga Castillo Carreño.
La ceremonia de graduación de estos pequeños será la excusa propicia para celebrar el cumpleaños número catorce de la Unidad de Hemato – Oncología Pediátrica de la Clínica San Luis.