Enlaza, filial de transmisión del Grupo Energía Bogotá, GEB, y el Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras, ProCAT, acaban de realizar, en el área de influencia de los proyectos de transmisión de energía eléctrica Norte y Sogamoso, la primera etapa de estudio que entrega información científica sistematizada y actualizada sobre el estado del tigrillo lanudo, que habita, entre otras, la región centro del país.
El programa “Diseño e implementación de una estrategia holística y participativa de conservación para Leopardus tigrinus en el departamento de Cundinamarca” permitió validar la distribución, definir las áreas de hábitat clave, los corredores de conectividad e identificar las principales amenazas sobre la especie
Este estudio toma relevancia puesto que a la fecha no existía información actualizada sobre la distribución y estado de conservación de la especie.
“Actualmente casi toda la información sobre el tigrillo lanudo está restringida a registros ocasionales y observaciones esporádicas, pero sin datos suficientes sobre su ecología, requerimientos de hábitat o estado de conservación”, afirmó Teresa Andrea Cárdenas, bióloga de Enlaza.
El tigrillo lanudo, conocido científicamente como Leopardus tigrinus, es la especie de felino “manchado” más pequeña que habita en Colombia y hace parte del grupo de los denominados tigrillos.
Son carnívoros, nocturnos, buenos escaladores, felino solitario con hábitos elusivos, utiliza grandes áreas de hábitats (hasta 5 km2) y puede moverse entre parches aislados y alejados para sus necesidades ecológicas.
Mide entre 36 y 60 cm y es casi del tamaño de un gato doméstico, sus manchas son negras, longitudinales y en forma de Roseta, su pelaje es delgado y lanudo, razón de su nombre común. Su cabeza es pequeña y redondeada con bordes blancos en las orejas, su hocico es corto, su cuerpo es delgado y esbelto y sus huellas son pequeñas.
Esta especie se encuentra categorizada como Vulnerable (VU) tanto a nivel internacional por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como a nivel nacional de acuerdo con el Ministerio de Ambiente.
La investigación realizada por Enlaza y ProCAT ha permitido comprender que el tigrillo lanudo tiene una distribución asociada a las zonas altas de los Andes en Suramérica. En el país habita en las tres cordilleras, principalmente en los ecosistemas altoandinos de bosques, matorral y páramo, y existen condiciones para que habite zonas como la Serranía de San Lucas o la Serranía de Perijá, pero aún no se cuenta con datos confirmados para estas zonas.
¨Encontramos que las principales amenazas para el tigrillo lanudo son: transformación y perdida de hábitat por expansión de la frontera agropecuaria, urbanizaciones, animales domésticos abandonados, semiferales y ferales, atropellamientos, cacería por retaliación, cacería, turismo no regulado, tráfico ilegal y el desconocimiento de la especie¨, afirma Alejandro Giraldo, gerente Ambiental de Enlaza.
Durante el desarrollo del programa, Enlaza del GEB y su aliado ProCAT dispusieron un total de 100 cámaras en diferentes sectores de los municipios priorizados entre los meses de julio a noviembre del 2022. Con un esfuerzo de 5000 noches trampa, se verificó y confirmó la presencia del tigrillo lanudo en todos los municipios priorizados: Tenjo, Subachoque, Tabio, Zipaquirá, Cogua y Tausa.
En total se obtuvieron 165 detecciones de tigrillo y cerca de 50 registros independientes. Así mismo, se pudo confirmar la presencia de otras once especies de mamíferos medianos que comparten el espacio con el tigrillo, entre las cuales están el borugo de montaña, el ñeque, la ardilla de cola roja, el conejo andino, la comadreja, el cusumbo mocoso o de montaña, el zorro perro y la martilla.
¨Podemos proteger al tigrillo lanudo evitando la tala de bosques, realizando procesos de reforestación, cuidando las mascotas, generando prácticas productivas sostenibles, haciendo educación ambiental, implementando el ecoturismo, denunciando el tráfico ilegal de especies, realizando investigaciones y monitoreos, planificando territorial y no cazando¨, afirma Magda Vargas, bióloga de Enlaza.
Para garantizar la coexistencia del tigrillo lanudo y otros carnívoros es necesario tener cuatro elementos: manejar adecuadamente animales domésticos; proteger las coberturas naturales e implementar acciones de restauración; controlar la actividad de cacería; y finalmente, apreciar y valorar el tigrillo lanudo.
Para Enlaza del GEB lo primero es la vida en cualquiera de sus manifestaciones, por eso a la par de los proyectos de transmisión de energía eléctrica, adelanta planes y programas encaminados a proteger los ecosistemas y sus individuos, como es el caso del tigrillo lanudo