La Corporación de Productores, Exportadores y Transformadores de Aguacate Hass de Colombia realiza una investigación para evaluar la huella hídrica de la fruta en Risaralda. El estudio se adelanta en tres cultivos que suman más de 400 hectáreas en el municipio de Guática. Los resultados se entregarán en octubre.
El proyecto se realiza con recursos propios de Corpohass y lo lidera el científico Jhon Faber Naranjo, ponente por Colombia en 2021 en el “Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores”, de la International Water Association (IWA), con sede en Londres.
Una de las principales innovaciones del estudio es el de contar con un capítulo especial para medir las percepciones socioculturales de la comunidad frente a los cultivos y dar respuesta a sus inquietudes. El Aguacate Hass se produce en 16 departamentos y 230 municipios del país, donde genera cerca de 61 mil empleos y beneficia económica y socialmente a cerca de 240 mil familias.
“Con esta investigación seguimos desarrollando nuestro propósito de la Sostenibilidad. El trabajo serio y responsable que tenemos frente a esta materia es reconocido internacionalmente. Específicamente nos ocupa la conservación del agua en los 16 departamentos y las comunidades donde estamos presentes”, aseguró Katheryn Mejía, presidente ejecutiva de Corpohass.
El estudio, que se adelanta en el municipio de Guática, departamento del Risaralda, complementa el realizado por la Universidad de Manizales en 2021 (Filandia, Quindío). Allí se determinó que esta fruta tiene una Huella Hídrica Verde del 73%, es decir que los sembrados aprovechan en una medida muy superior el agua lluvia, no dependiendo así de sistemas de riego.
Cabe anotar que la Huella Hídrica es el indicador medioambiental que establece el volumen de agua que se necesita para fabricar los productos y servicios que la sociedad demanda.
Existen, de acuerdo con la procedencia del agua utilizada, tres tipos de esta huella: Verde (agua lluvia), Azul (agua dulce superficial o subterránea), y Gris (agua contaminada tratada). La Verde es la ideal para los cultivos ya que asegura el uso de las precipitaciones respetando la supervivencia de otras fuentes de agua como los ríos, las quebradas y los acuíferos, a la vez que evita la utilización de volúmenes de agua para diluir aquellas que han sufrido cambios en su composición natural.
“Sabemos que la Huella Hídrica depende de las buenas prácticas ambientales y es fundamental para las comunidades y los productores. Aunque casi el 100% del agua que utilizamos en los diferentes departamentos proviene de las precipitaciones, algo que evita la utilización de las fuentes hídricas del suelo o del subsuelo, seguiremos midiéndola a lo largo del país para respetar este recurso y brindar tranquilidad a sus habitantes”, agregó Mejía.
Investigación con última tecnología
En el desarrollo del estudio se utilizan avanzadas herramientas tecnológicas como sobre vuelos con drones para tomar fotogrametrías; herramientas de vanguardia en estadística; plataformas de información internacional sobre huella hídrica para enriquecer los conocimientos adquiridos y compararlos con las medidas internacionales; información de estaciones meteorológicas, propias de los cultivos y de otras cercanas; y finalmente inteligencia artificial para reafirmar la metodología utilizada.
Según Ana María Torres, directora de Sostenibilidad de Corpohass, “los resultados de la medición de la huella hídrica son clave para tomar decisiones informadas y estratégicas. No solo permiten identificar oportunidades de eficiencia en el uso del agua, sino que también evidencian el compromiso ambiental del sector ante consumidores y mercados exigentes. Además, generan datos valiosos para mejorar la sostenibilidad a largo plazo, minimizar riesgos asociados al cambio climático y fortalecer la competitividad del Aguacate Hass de Colombia en el escenario global”.
El estudio mide cinco variables: 1. Procedencia del agua para el cultivo; 2. Condiciones de los suelos (ciclos y flujos de recursos hídricos); 3. Productividad del terreno (rendimiento del agua utilizada); 4. Percepciones socioculturales frente a los cultivos (creencias, mitos y expectativas); 5. Comparación de los sistemas evaluados (huella hídrica por cada predio estudiado).
“Cualquier cultivo agrícola, de gran o pequeña escala, y toda otra actividad productiva, genera impacto hídrico. En la agricultura es equivocado decir que la alta productividad incide en la huella hídrica negativa. Mediante las buenas prácticas, entre más se produce más rinde el agua que se utiliza. Para hacer esto realidad se necesita contar con la información, los datos y las interpretaciones científicas. Eso es lo que está haciendo Corpohass”, aseguró Jhon Faber Arango, magister en desarrollo sostenible y medio ambiente de la Universidad de Manizales, e investigador del estudio.
Cabe destacar que la investigación innova en la manera final de medir la Huella Hídrica para dar mayor certeza a sus conclusiones y recomendaciones. Mundialmente se calcula con datos y fórmulas de la FAO preestablecidas y que son generalidades. Corpohass ha decidido verificarlas en terreno para realizar las correcciones de acuerdo con la realidad de cada cultivo, y no depender de esa fuente de información secundaria.
Finalmente, Mejía destaco la importancia del estudio para las comunidades y sus habitantes. Enfatizó que “también investigamos las percepciones de la comunidad frente a los cultivos. Tenemos que conocer las creencias y expectativas que tienen las personas en territorio. Queremos seguir creciendo internacionalmente, pero de manera muy controlada frente a la naturaleza. Eso solo lo lograremos si trabajamos conjuntamente por el agua, la conservación ambiental y la generación de empleo con la gente.
Hacia el futuro Corpohass seguirá desarrollando este tipo de investigación en otros departamentos productores de la fruta, como una de sus principales acciones frente al propósito gremial de la sostenibilidad del sector.