A propósito del Día Mundial de la Concienciación sobre Tsunamis, desde el Servicio Geológico Colombiano, SGC, se hizo un llamado a promover el conocimiento y preparación de la población ante la amenaza de tsunamis en el país.
Cabe señalar que los tsunamis son olas de gran tamaño que, al llegar a las costas, se amplifican y pueden causar inundaciones o daños graves. Generalmente son causados por sismos de gran magnitud en suelos oceánicos o en las costas.
Igualmente, hay otros fenómenos que los pueden desencadenar, como los deslizamientos submarinos, erupciones volcánicas o por el impacto de un meteorito en el océano. Adicionalmente, en su mayoría, los sismos que ocurren en tierra firme o en aguas poco profundas no generan tsunamis significativos y no todos los sismos submarinos generan tsunamis.
Tsunamis en Colombia
Colombia hace parte de lo que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región donde están las zonas sísmicas y volcánicas más activas del mundo, y, en la que, la subducción de la placa tectónica Nazca debajo de la placa Sudamericana en el Pacífico crea un escenario propicio para la generación de tsunamis.
Además de los de origen local (a menos de 200 km de la costa), también pueden ocurrir tsunamis regionales (hasta 1000 km) o de origen lejano (a más de 1000 km de distancia) que podrían afectar a las poblaciones costeras colombianas.
A nivel nacional, existen registros históricos de dos tsunamis en el Pacífico que, en total, dejaron más de 1000 personas muertas y gran destrucción en poblaciones de la costa, principalmente en Nariño y Cauca:
El del 31 de enero de 1906 (causado por un sismo de magnitud 8.8, que es el más fuerte registrado en la historia de Colombia) y el del 12 de diciembre de 1979 (causado por un sismo de magnitud 8.1).
En el Caribe, aunque no hay registro de tsunamis que hayan afectado las costas, sí ha habido sismos de magnitud moderada que indican que, en un futuro, podrían ocurrir.
El SGC y los tsunamis
Al encargarse de evaluar y monitorear las amenazas de origen geológico en el país (sismos, volcanes y movimientos en masa), el SGC hace parte del Sistema Nacional de Detección y Alerta de Tsunamis (SNDAT) junto a la Dirección General Marítima (DIMAR) y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD): una sinergia de la que se derivan responsabilidades específicas para cada una de estas entidades y que están expresadas en el Protocolo Nacional de Detección y Alerta de Tsunami.
En tal sentido, se indicó que si se trata de sismos con magnitud igual o mayor a 6.0 que puedan generar un tsunami de origen local, desde el SGC detecta el evento sísmico; determina sus características (localización, magnitud, profundidad, intensidad instrumental y mecanismo focal); e informa directamente a las demás entidades del SNDAT y a la población en general a través de las cuentas de la entidad en X y Facebook.
Así mismo, en el caso de los sismos que puedan generar un tsunami de origen regional (magnitud igual o mayor a 6.0) o lejano (magnitud igual o mayor a 7.5), toma la información (localización, magnitud y profundidad) de fuentes internacionales.
Posteriormente, con base en la información de los sismos ocurridos en el mar detectada y proporcionada por la entidad y fuentes internacionales como el Proveedor de Servicios sobre Tsunamis para la cuenca del Océano Pacífico y mar Caribe (PTWC), la DIMAR se encarga de evaluar la amenaza de tsunami y de comunicar al respecto, tanto a las entidades del SNDAT, como al país en general a través de sus canales oficiales.
En caso de que la DIMAR declare la alerta de tsunami, la UNGRD disemina la información a las entidades departamentales y municipales de gestión del riesgo y actúa activando los protocolos de emergencia del SNGRD para preparar y proteger a la población.
¿Qué hacer en caso de tsunami?
Además de describir las responsabilidades de las entidades que conforman el SNDAT, el Protocolo Nacional de Detección y Alerta de Tsunami también explica qué debe tener en cuenta la comunidad ante un evento de este tipo.
Según este documento, en primer lugar, en caso de sentir un sismo fuerte, observar un aumento o retroceso repentino del mar o escuchar un ruido extraño o fuerte que venga de este, los habitantes de zonas costeras deben evacuar por su propia cuenta aun cuando todavía no haya un reporte oficial del evento.
También es importante tener planes de emergencia familiares, comunitarios o institucionales; tener un kit de emergencias de fácil acceso; participar en las jornadas de capacitación sobre el tema; solicitar a las alcaldías los planes de evacuación; revisar la información disponible; y atender las instrucciones impartidas por las autoridades locales y nacionales, entre otros.
“Desde el SGC seguiremos produciendo información científica que nos permita entender mejor las amenazas geológicas y trabajaremos con las demás entidades responsables y con las comunidades para promover la gestión del riesgo, pero, desde ya, invitamos a los habitantes de zonas costeras a seguir nuestros canales oficiales y los de la DIMAR, de tal forma que estén informados ante la ocurrencia de sismos en el mar y puedan confirmar rápidamente si estos representan amenaza de tsunami, respectivamente”, advirtió John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del SGC.