Durante tres días, como un acto de memoria, diplomacia para la paz y diplomacia cultural, la residencia de la Embajada de Colombia en Quito, Ecuador, acogió el primer arropamiento colombiano a nivel internacional, una iniciativa de la sociedad civil, como una “excusa para el encuentro, para sanar una Colombia rota con puntadas, retazos y así traspasar las fronteras”.
El proceso, que estuvo acompañado por la Cancillería colombiana, como parte de su iniciativa de diplomacia para la paz, fue desarrollado a través del plan de promoción de Colombia en exterior, liderado por la dirección de asuntos culturales.
En esta ocasión, el acto de inauguración contó con el cuerpo diplomático acreditado en Ecuador, representantes de organismos internacionales, del sector privado y la sociedad civil, quienes fueron invitados de honor durante estos días de reconocimiento, a través del arte, la cultura y la pedagogía.
Cabe destacar que la diplomacia cultural no es ajena a la reflexión sobre la construcción de paz en Colombia, a través de manifestaciones artísticas se han hecho procesos de protección de la memoria, dignificación de las víctimas, y puentes de reconciliación y convivencia que reconstruyen el tejido social.
“Presentar estas manifestaciones artísticas en el exterior permite sensibilizar al mundo acerca de los procesos necesarios para la construcción colectiva de la paz, así como establecer hitos de relacionamiento bilateral y dar a conocer narrativas contemporáneas sobre el país para enriquecer el imaginario sobre Colombia y la diáspora colombiana en escenarios internacionales”, precisó la Cancillería.
De acuerdo con Virgelina Chará, representante de las tejedoras, “con su trabajo están rompiendo las fronteras, a través de la aguja, a través de la tijera, de un alfiler y de un pedazo de tela. Nos estamos uniendo”.
Igualmente, señaló que su propósito es unir a América latina y a los cinco continentes; por ello, “arropamos al país, arropamos las fronteras, arropamos a nuestros connacionales, a partir de una hebra de hilo, donde creemos que somos capaces de unir ese continente que fue roto, a través de los intereses políticos, porque fueron los que nos pusieron fronteras”.
Sobre el evento, se informó que la apertura de la conmemoración fue realizada por la Embajadora de Colombia en Ecuador, María Antonia Velasco quien indicó que en este proceso “la victimización no existe, sino la reparación”.
Además, indicó que “las mujeres lideradas por Virgelina han logrado encontrarse para exorcizar el dolor, para compartir las penas; pero sobre todo para lograr a través de esa costura, de esas telas se consiga la reparación y sobre todo la restitución de derechos.”
Entre tanto, el Representante permanente alterno en la Misión permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Unión de naciones suramericanas (UNASUR), Elvis José Urbina, indicó que “Es importante que este arropamiento trascienda las fronteras de América Latina, porque definitivamente muestra una forma creativa de lucha y resistencia, de personas que han sido oprimidas a lo largo de nuestra historia y que tienen maneras muy creativas de hacerse sentir y demostrar que tienen mucho que dar al mundo por lo que fueron, por lo que han sido, por lo que serán; como un pueblo libre y que nos permitirá unirnos y seguir luchando junto a ellos”.
Cabe destacar que estos arropamientos han dejado huella en diferentes rincones emblemáticos de Colombia: El Palacio de Justicia, el Centro de Memoria Paz y Reconciliación, la fachada del Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería; la casa de la memoria en Medellín, el palacio de las artes y la Defensoría del Pueblo, entre otros tantos.
La presentación de estos actos en Ecuador tiene un significado muy importante, teniendo en cuenta que Esmeraldas es uno de los lugares con más víctimas del conflicto colombiano, quienes han sido desplazadas hacia esa y otras ciudades.
Por último, se resaltó que el Cónsul de carrera en Colombia en Esmeraldas, Fabian Velandia, fue el encargado de clausurar los eventos y durante su intervención expresó que “esto es una sinergia que nos permite la vida, encontrarnos entre este tipo de iniciativas ciudadanas, que buscan la paz y la justicia y un gobierno del cambio que abre las puertas a estos procesos colectivos
Igualmente, el diplomático reiteró que “no solo abre las puertas en las instituciones públicas en Colombia, sino también trasciende las fronteras. Esta residencia, a partir de hoy, se convierte en un puesto seguro para recordar. No es solamente una fachada bonita, este es el inicio de un proceso simbólico, poderoso, para recordar, reparar y no repetir”.