Generalmente hoy, día que inicia la segunda quincena de marzo, las lluvias tienden a ser más frecuentes en los departamentos de las regiones Andina y Orinoquía, mientras que en buena parte de las regiones Pacífica y Amazonía se incrementan en relación con los meses anteriores.
De igual forma, hacia finales de este mes en diversas áreas de la zona central y sur del Caribe suele empezar a mostrarse una mayor frecuencia de lluvias, pero en la zona norte solamente hasta abril se evidenciará el inicio de la temporada de lluvias.
Frente a este panorama, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, dio a conocer las acciones de preparación y alistamiento para afrontar la primera temporada de lluvias de 2024.
En este sentido, la UNGRD les solicita a los entes territoriales articular y actualizar los planes de desarrollo territorial con la Estrategia Departamental de Respuesta a Emergencias, EDRE, y la Estrategia Municipal para la Respuesta a Emergencias, EMRE.
De igual manera, según la entidad, esta labor se debe fortalecer a través de la formulación e implementación de acciones con enfoque prospectivo que reduzcan los impactos de los escenarios de riesgo y garanticen la protección de la vida y seguridad de la población del país durante esta temporada.
Por otra parte, los consejos municipales y departamentales para la gestión del riesgo de desastres deben fortalecer sus instancias de coordinación, asesoría, planeación y seguimiento con el fin de garantizar efectividad y articulación en el desarrollo de los procesos de conocimiento del riesgo, reducción del riesgo y manejo de desastres en los territorios.
Lo anterior para identificar escenarios de riesgo, realizar monitoreo y seguimiento a los efectos de la temporada de lluvias en las zonas rurales y urbanas, incluyendo el desarrollo de estrategias para fortalecer los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) que beneficien a las comunidades ante una situación de riesgo o emergencia inminente.
Por último, señaló la UNGRD, es indispensable presentarles a las comunidades los protocolos de respuesta para los fenómenos asociados a la temporada de lluvias y promover la formulación o actualización de los planes familiares, comunales y comunitarios de emergencia que determinen las rutas de evacuación, puntos de encuentro, teléfonos de emergencia y demás acciones de preparación.