El ministro de Justicia y del Derecho, Néstor Iván Osuna Patiño, destacó el trabajo adelantado por el Gobierno con las víctimas del conflicto armado, de la violencia heredada del machismo y de una sociedad que no toleraba la diversidad, para la construcción de políticas públicas que respondan a las necesidades de las y los ciudadanos en la región sur del país.
El ministro resaltó la construcción, a muchas manos, del mural ‘Que la diferencia no nos cueste la vida’, una obra de arte que además de embellecer la ciudad está llamada a ser un símbolo y un referente de cómo a través del arte se contribuye a la construcción de democracia.
“Si me preguntan qué veo en el mural, veo democracia y Constitución. Porque participaron todas, seguramente el plano original lo modificaron. Así es la democracia. Reclamamos, protestamos, manifestamos nuestras ideas, porque eso nos hace sentir dueños de nuestro propio destino”, señaló el funcionario.
Osuna Patiño saludó a las y los representantes de las 40 organizaciones sociales que hicieron posible la construcción del mural, entre ellas, Afomuvaras, Afrimupaz, UNIPA, Caminos de Mujer, Mujeres Concheras del Manglar, Unidad Indígena del Pueblo Awá (Unipa), Movimientos por la Paz, Fustransi, Mujeres Cabezas de Hogar, Fundación Arco Iris, Mujeres Soñadoras, Afros Del Mar, Mujeres Gestoras de Paz y la Corporación Siguiendo los Pasos.
“Esa es la Colombia con la que el Gobierno está comprometido, la de ustedes, la de todos, todas la nuestra. La democracia nos puso donde estamos, somos parte de ustedes y queremos construir un mejor Tumaco, como ese bello mural”.
Este espacio representa el inicio de las primeras acciones para reconocer líderes comunitarios que apoyen la ruta de atención a la violencia basada en género (VBG) y para promover un mayor acceso a la justicia de género desde una perspectiva interseccional en la región del Pacífico nariñense con el objetivo de garantizar el pleno goce de los derechos de todas las personas involucradas.
El ministro destacó el arte como un poderoso medio para fortalecer la representación de las víctimas de violencias basadas en género, otorgándoles voz y visibilidad en la lucha contra la impunidad.
“Si me preguntan qué veo en el mural, veo democracia y Constitución. Porque participaron todas, seguramente el plano original lo modificaron. Así es la democracia. Reclamamos, protestamos, manifestamos nuestras ideas, porque eso nos hace sentir dueños de nuestro propio destino.
“En este bello mural también veo Constitución. Se parece a esos telares construidos por muchas mujeres, como ocurre con la Constitución, que no es un libro que escribe un experto. Es una obra que refleja los sentimientos y las posturas de cada uno de los miembros de la sociedad”, afirmó.
También resaltó la importancia de la colaboración entre el gobierno y la comunidad de Tumaco, a la que le dijo “cuenten con nosotros porque nosotros necesitamos contar con ustedes para que esto valga la pena, para que este Gobierno sea en verdad una experiencia de transformar a Colombia con las necesidades de la población, con el reconocimiento a ustedes, personas que han sufrido, personas que han tenido limitaciones pero que nos reciben con esa alegría, con ese cariño, con ese afecto tan espontáneo y que hacen un mural tan hermoso como ese que estamos viendo aquí a nuestras espaldas”.
A su turno, la consejera Carabalí resaltó este acto de conmemoración “que significa un acto de reparación simbólico para las víctimas de violencia sexual. Estamos contentas con lo logrado en el Plan Nacional de Desarrollo, con artículos que garantizan los derechos de las personas y en especial de las mujeres”.
Para la ministra de Ciencia y Tecnología, Yesenia Olaya, “esta iniciativa liderada por el Ministerio de Justicia abre un espacio para conmemorar a las víctimas de violencias basadas en género en el marco del conflicto armado”.
Uno de los objetivos generales de esta juntanza comunitaria fue reconocer las experiencias particulares vividas por las mujeres y personas LGBTIQ+ en la violencia armada, así como abordar la discriminación histórica basada en el género y las violencias que han afectado a estas comunidades, buscando reflexionar sobre las acciones necesarias para la reparación simbólica de las víctimas y los pasos a seguir para mejorar el acceso a la justicia en dichos contextos.
Para lograr estos objetivos se desarrollaron círculos de discusión en los que se abordaron temas clave. En el primer círculo se destacó el papel del trabajo comunitario como mecanismo de sanación en la construcción de paz y el mejoramiento del acceso a la justicia, y en el segundo, el acceso a la justicia y los mecanismos de justicia transicional.