La directora de la Unidad para las Víctimas, Liliana Solano, encabezará los días 24 y 25 de septiembre un encuentro interinstitucional para hacer seguimiento del cumplimiento de los compromisos adquiridos por todo el aparato estatal con el pueblo Emberá.
Al respecto, se destaca que esta reunión fue pactada con las autoridades indígenas, quienes también participarán del espacio que tendrá lugar en Pueblo Rico, Risaralda.
“Los compromisos adquiridos por entidades como el Instituto de Bienestar Familiar, los ministerios de Salud, Educación, Interior y Vivienda, entre otros, están todos en tránsito. Pero, nos quedaron faltando las viviendas de emergencia. Estamos buscando los mecanismos, sobre todo de transporte porque, como es sabido, no hay una vía de acceso que nos permita llevar los materiales para este fin”, manifestó Solano.
Cabe señalar que la Unidad para las Víctimas fue la entidad que acompañó todo el trayecto hasta el Alto Andágueda, incluyendo los tramos de más difícil acceso, hasta llegar a comunidades como Cascajero, Irakal, Río Colorado, y Alto Muindó.
En tal sentido, reconoce las dificultades que enfrenta el pueblo Emberá en los lugares de retorno, especialmente en temas de infraestructura, alimentación, salud y seguridad. El bienestar y la dignidad de las víctimas es un pilar fundamental en el trabajo que adelanta la entidad para asegurar un retorno seguro y sostenible.
Asimismo, la entidad ha promovido la participación de los liderazgos Emberá en todas las decisiones para que cualquier acción respete sus derechos y fomente la consolidación de un retorno digno, bajo principios de justicia y equidad.
Al respecto, la directora de la Unidad señaló que “retornar no es lo mismo que devolver a un pueblo. Requerimos el concurso de todas las entidades, el compromiso y la implementación de aquello que se pactó y se firmó con los líderes Emberá para llevar a buen término lo que hemos acordado”.
Así, la Unidad para las Víctimas reitera que solo la cooperación interinstitucional y el trabajo articulado sumarán esfuerzos y recursos que permitan el bienestar y la estabilidad del pueblo Emberá en el largo plazo, incluyendo a las familias que aún se encuentran en albergues en Bogotá y que desean volver al Alto Andágueda.
“El retorno tiene varias fases. La primera era el regreso de las familias que se encontraban en el Parque Nacional, que se cumplió a cabalidad. Hay otros hospedajes donde está el resto de la población. Apenas terminemos con la fase más crítica de vivienda de emergencia con quienes retornaron del Parque Nacional, seguiremos con los otros lugares”, concluyó Solano.
Finalmente, vale recordar que el pasado 8 de septiembre, la Unidad para las Víctimas y el Distrito acompañaron el retorno de más de 200 familias Emberá asentadas en el Parque Nacional de Bogotá hacia distintas comunidades del Alto Andágueda, su territorio ancestral ubicado entre Chocó y Risaralda.
A través del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV), la Unidad coordinó con entidades del orden nacional, territorial y local que adquirieron compromisos con el pueblo Emberá. En los diálogos primaron las peticiones y consideraciones de quienes retornaron y de las familias receptoras, con miras a que su regreso sea sostenible en el tiempo.