Un paseo escolar al Desierto de la Tatacoa, en el departamento del Huila, le cambió la vida a Andrés Felipe Vanegas, quien por aquella época transitaba los 11 años. En su andar se encontró con dos objetos, para él totalmente desconocidos, pero muy curiosos.
“Desde niño siempre he sentido curiosidad por todo lo que está a mi alrededor soy muy observador Entonces digamos que ser así me llevó a encontrar muchas cosas que han cambiado mi vida y que me han volcado a lo que estoy haciendo hoy día, que es haciendo ciencia. También, trabajando por la conservación y protección del patrimonio paleontológico de la Tatacoa y de Colombia”, cuenta este joven vigía.
Inquieto por sus pequeños tesoros, Andrés Felipe se dio a la tarea de investigar de qué se trataban. Un misterio que muy pronto pudo resolver, gracia a un primo, quien “me regalo una cartilla que hablaba de dinosaurios. Es el primer y único libro de este tipo al que tuve acceso cuando era niño. Al leerlo pude entender que lo que me había encontrado en esta salida al Desierto de la Tatacoa eran dos fósiles y que pertenecieron a animales que habitaron esta región de Colombia hace millones de años”.
En su caso, no se trató de la primera piedra de un gran proyecto, más bien, fue el primer fósil. Hoy hace parte de la gran colección que es exhibida en el Museo de Historia Natural de la Tatacoa, del que es su mentor, junto con su hermano, ocho años menor, ubicado en la vereda La Victoria, en el municipio huilense de Villavieja.
“Un amiguito de mi hermano le indico que conocía un lugar cerca del pueblo donde habían muchos dientes de dinosaurios, que el abuelo también le había contado esas historias. Fuimos al lugar, allí efectivamente habían muchos fósiles, dientes, restos de huesos, restos de tortugas. En esos momentos éramos 3 niños de más o menos 8 años y yo, que era el mayor. Ahí fue donde les plantee a ellos la idea de montar el museo y nació la idea de tener el Museo de Historia Natural de la Tatacoa, que es el nombre que lleva nuestro proyecto”, recuerda Andrés Felipe.
Una idea que se materializó el 21 de marzo de 2014, día en que el Museo abrió sus puertas, con “la colección de fósiles más grandes y más importante de la Tatacoa a nivel mundial. Aquí tenemos más de 6000 especímenes, fósiles de todo tipo, animales que habitaron en el Desierto de la Tatacoa hace más de 13 millones de años.
Por ejemplo, tenemos los fósiles de la tortuga de agua dulce más grande que ha habitado en el planeta, cuyo tamaño oscilaba entre 3 a 4 metros de diámetro; tenemos los primeros fósiles de un delfín hallados en Colombia, que habitó el Desierto, también hace más de 13 millones de años y que curiosamente no está emparentado con los delfines rosados del amazonas. El delfín que habitó la Tatacoa tiene hoy en día un pariente en el sur de Asia, en la India.
Tenemos también acá en el museo los fósiles de la zarigüeya dientes de sable más completa hallada en el continente suramericano y además, tenemos restos de primates, micos fósiles, restos de muchos mamíferos, restos del caimán más grande que ha vivido en Colombia, un dinosaurio de 9 y otro de 10 metros de largo y así, tenemos muchísimos fósiles de diferentes especies de animales que habitaron en este lugar de Colombia”, explica.
Para que un fósil llegue hasta los estantes del Museo se debe surtir todo un proceso, que comienza en el laboratorio, que fue construido gracias al apoyo de William Anders, astronauta que hizo parte de la tripulación de la misión Apolo 8. Lleva el nombre de la esposa de este benefactor, Valerie Anders, quien por esos días atravesaba un delicado estado de salud.
“La Tatacoa tiene el yacimiento fósil más grande y más importante de Colombia, es el lugar más biodiverso. Cuando hablamos de yacimiento es porque la cantidad de material paleontológico es mucha. La Tatacoa tiene una extensión de más de 17 kilómetros cuadrados y hay demasiado material paleontológico.
Dicen los científicos, quienes están trabajando con nosotros, que en 100 años de investigación, solamente se conoce 12 % del material paleontológico. Este año la Tatacoa va a completar un siglo de investigación paleontológica, porque fue descubierta en 1923 por dos miembros de la Congregación de la Salle”, manifiesta este joven empírico, con ocho semestres de psicología, técnico en minería a cielo abierto, del SENA y futuro tecnólogo turístico.
Normalmente, el recorrido por el Museo de Historia Natural de la Tatacoa, para conocer en detalle la exposición “Territorio Fósil, Historias Vivas”, toma una hora. Sin embargo, las charlas de Andrés Felipe y su hermano, pueden tomar hasta dos horas, pues “estamos con visitantes que les apasiona mucho el tema de la paleontología y quieren que les cuenten todas las historia y todos los detalles de los proyectos que estamos desarrollando”, puntualiza.