La Cumbre Campesina rumbo a la COP16 comenzó con el compromiso firme del Gobierno de reconocer y celebrar el papel fundamental que desempeñan las campesinas y los campesinos del mundo en la conservación de la biodiversidad y como una garantía para el futuro de todas las formas de vida en el planeta.
En esta oportunidad, en una declaración firmada por los ministros de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, y de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, quedaron plasmados siete puntos que, con acciones lideradas por el Estado, buscan acabar con la estigmatización que históricamente ha recaído sobre quienes han vivido en armonía con la naturaleza y han hecho un uso sostenible de ella.
“Estamos aquí en una región simbólica, histórica para la lucha agraria. En el páramo más grande del mundo: Sumapaz. Hace 100 años, aquí, los campesinos reclamaban tierras, reclamaban del Estado la posibilidad de producir más y mejor; reclamaban el deber del Estado de redistribuir las tierras ociosas”, aseguró la ministra Carvajalino a los más de 400 campesinos, campesinas y miembros de comunidades étnicas que se dieron cita en la Universidad de Cundinamarca.
Entre tanto, el titular de la Cartera de las Culturas aseguró que “las culturas campesinas han sido reconocidas como sujetos de derecho en este Gobierno. Es gracias a sus luchas, organización y resistencia que se han preservado y mantenido saberes bioculturales fundamentales en la transformación social de un país y en la posibilidad de un alcance de la paz para Colombia”.
De igual manera, Luz Francisca Rodríguez, quien llegó desde Chile y representa la Asociación de Mujeres Campesinas e Indígenas del país austral, enfatizó que “globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza. Queremos Reforma Agraria, y Reforma Agraria ya. Y luchamos por soberanía alimentaria, pero, compañeros y compañeras, con justicia de género. No olvidemos que las mujeres somos las que alimentamos el mundo”.
Por su parte, Alfredo Díaz, integrante del Sindicato de Trabajadores Agrarios del Sumapaz, sostuvo que “vamos a la COP16 con el convencimiento de que este sector luchador y productor de alimentos sea tenido en cuenta como parte de la biodiversidad de esta patria. También porque tenemos mucho para decirle al mundo sobre cómo es que prolongamos la vida en campos y ciudades”.
Así mismo, María Leonor Yonda, vicepresidenta de la Junta Directiva Nacional del Coordinador Nacional Agrario, hizo una petición en consonancia de la declaración del Gobierno, indicó que “queremos que no se siga estigmatizando al campesinado como depredador de la naturaleza. Invitamos al Gobierno Nacional a que se nos reconozca como protectores de la vida, y para eso hay que ser vinculantes en la política del campesinado, que nuestras propuestas se consoliden para que haya armonía entre la naturaleza y el ser humano”.
En este sentido, la ministra Martha Carvajalino subrayó la necesidad de que el conjunto del Estado se vuelque al campo colombiano y puntualizó que “avanzamos en temas que parecen simbólicos, pero transforman la realidad institucional. Avanzamos en las Zonas de Reserva Campesina y en los Territorios Campesinos Agroalimentarios. Avanzamos en la Comisión Mixta. Avanzamos sin duda en decirle a la institucionalidad en Colombia que debe responder a las justas gestas del campesinado”.
Igualmente, la funcionaria señaló que “para poder avanzar en la justicia agraria, en la Reforma Agraria, necesitamos avanzar en que la sociedad colombiana pierda el miedo. El miedo a una redistribución de la tierra, el miedo a que seamos las y los trabajadores el campo los que pongan en el centro del debate la paz”.
Plenarias magistrales y ponencias nutren la agenda
La Cumbre Campesina rumbo a la COP16 es el espacio para participar de plenarias magistrales y ponencias, en las que se escuchan voces de organizaciones campesinas y étnicas, que fueron elegidas por convocatoria para presentar sus experiencias y saberes.
Las ponencias se dividen en cinco frentes: Reforma Agraria: Lucha por la tierra, el agua y la protección de la biodiversidad; bioeconomías populares, biodiversidad y territorialidades, conversación de convivencia y paz con la naturaleza, y soberanías alimentarias y agroecologías.