El ministro de Justicia y del Derecho, Néstor Iván Osuna Patiño, aseguró que la nueva política de drogas del Gobierno está orientada al cuidado de la vida y contempla una regulación justa y responsable de la hoja de coca y sus usos lícitos en la industria, la medicina, la alimentación, en la promoción de la investigación y en la gestión del conocimiento de las plantas y de las comunidades que las usan.
“Hablar de una política de drogas en el contexto de la Paz Total significa una aproximación distinta a la hoja de coca, pasando de un modelo donde se concebía como la ‘mata que mata’ a un paradigma donde se convierte en una planta al servicio de la paz. Esto implica no solo valorar sus usos ancestrales y milenarios, sino promover los múltiples usos potenciales en la alimentación, en la medicina y la industria, como un aporte al desarrollo rural, a la superación de vulnerabilidades territoriales, y en ese sentido, a la consolidación de la Paz Total en Colombia”, indicó Osuna Patiño.
En su intervención virtual en el evento ‘La hoja de coca y el control de drogas de la ONU: reparando un error histórico’, organizado por Bolivia en paralelo a la segunda jornada del 66° periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) que se desarrolla en Viena (Austria), Osuna Patiño respaldó la posición de Bolivia de exaltar ante el mundo el valor de los usos de la hoja de coca, así como la iniciativa del país andino de iniciar una campaña que deje atrás su estigmatización.
“Celebramos el liderazgo de Bolivia por mostrar ante el mundo el valor de los usos de la hoja de coca y por su iniciativa de emprender una campaña para su desclasificación en la lista de sustancias de la Convención de Estupefacientes de 1961. Colombia respalda esta iniciativa”, aseguró el titular de la cartera.
El ministro de Justicia destacó la visión del Gobierno del presidente Gustavo Petro de transformar la política de drogas como parte del camino hacia la reconciliación, abandonando el enfoque punitivo que ha perseguido a los eslabones débiles de la cadena del narcotráfico: campesinos, indígenas productores de coca y consumidores.
“Reconocemos los altos costos humanos, sociales, económicos y culturales derivados de la guerra contra las drogas y queremos caminar en perspectiva de Justicia Social y Justicia Ambiental y poniendo de presente el cuidado de la vida”, puntualizó Osuna Patiño.