El Centro de Integración Ciudadana del barrio Madelena de Pitalito, Huila, uno de los municipios con mayor producción de café del país, fue el escenario para que 305 familias campesinas recibieran de parte de la Agencia Nacional de Tierras, ANT, los títulos de propiedad de sus predios, como parte de la reforma agraria del Gobierno.
En esta oportunidad, los 419 predios titulados se ubican en Isnos (212), Pitalito (178) y San Agustín (29), Huila y, sumados, miden 277,4 hectáreas. En el predio Los Cedros, en la vereda Cálamo de Pitalito. Uno de los beneficiarios, Juan Andrés Forero y su esposa, tienen unos 7.000 palos de café. En cada cosecha venden 12 cargas a cooperativas y establecimientos comerciales.
El de Juan Andrés Forero y Ercilia Molina es un amor con aroma de café. Con 45 años de casados, seis hijos y seis nietos, esta familia, formada entre los cafetales de Pitalito, Huila, fue una de las 305 a las que la ANT les entregó sus títulos de propiedad rural: 149 solicitudes presentadas por mujeres y 156, por hombres. Por lo menos la mitad de las familias beneficiarias de estos títulos son caficultoras.
“Es muy bueno, porque uno sin el título está como en un limbo, no hay nada seguro”, comentó Juan, quien expresó preocupación por las escasas lluvias de las últimas semanas en el municipio, lo que afecta sus sembrados.
Cabe destacar que esta titulación la ejecutó la Agencia con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Comité de Cafeteros del Huila.
Al respecto, Felipe Harman, director de la ANT, destacó que “la titulación es importante, porque sin título no hay crédito, hay más dificultades asociadas a la financiación de la producción; por la tranquilidad y la seguridad jurídica de familias que toda la vida se han partido las manos para ser propietarias de la tierra y desde hoy son propietarias”.
En Miravalles, otra vereda de Pitalito, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, está ubicado Mi Buena Suerte, el lote de Liseth Dayana Ibarra quien, con solo 22 años, ya es propietaria de tierra.
Cursa octavo semestre de administración de empresas y avanza en un emprendimiento para vender el café de su finca con marca propia: Mi Buena Suerte, el mismo nombre del predio, aquel que le puso porque su familia lo consiguió con la ayuda de un préstamo.
“Siempre he vivido en el campo. Realizamos el proceso del café: desde que lo plantamos hasta que lo sacamos, lo procesamos y lo convertimos en el de la tacita que ustedes beben en sus casas”, relató Liseth en su tierra, 5.000 metros cuadrados donde hay 3.000 palos de café.
Finalmente, se resalta que, en los terrenos titulados, que no son mayoritariamente cafeteros, hay, sobre todo, caña panelera, aguacate y fríjol. Este proceso de titulación beneficia a 305 familias que esperaron la formalización de sus propiedades por más de 15 años.