martes, diciembre 3, 2024
Vemos las noticias como tú las verías
spot_img
HomeTomémonos un Café“Una invitación a pensar en lo que nos importa”

“Una invitación a pensar en lo que nos importa”

Septiembre, mes internacional del patrimonio, promete ser muy especial para Bogotá y sus habitantes, gracias al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, IDPC, que tiene diseñada una amplia y muy variada agenda, para celebrar esta importante fecha.

En esta oportunidad, en ANP Noticias hemos invitado a tomarnos un café a María Claudia Vargas, directora encargada del IDPC, con el fin de que nos comparta esa programación y nos extienda una invitación a valorar y conservar ese patrimonio material e inmaterial, que hace parte de la cotidianidad de los capitalinos y de los colombianos en general.

ANP: Llega el mes de septiembre y promete ser un mes muy especial para Bogotá. ¿Qué tiene de Relieve para los capitalinos el IDPC?

MCV: Para Bogotá es muy importante este mes porque internacionalmente, el mes de septiembre es el mes del patrimonio. En el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, IDPC, proponemos una agenda para la reflexión, alrededor de qué es lo que reconocemos como patrimonio o qué es lo que diferentes grupos de ciudadanos, en esta ciudad tan diversa, reconocen como patrimonio.

Es que aprendamos a ponernos los lentes diferentes, para entender de manera integral los diferentes enfoques de cómo debemos valorar y proteger los patrimonios de la ciudad.

ANP: Por la misma diversidad que tiene Bogotá, de habitantes y de personas que están aquí, ¿qué tanto le importa a los capitalinos su patrimonio, el patrimonio de Bogotá?  

MCV: Si lo miramos de una manera amplia, yo creo que mucho, porque el patrimonio también está en la vida cotidiana, en las formas que habitamos, en las prácticas cotidianas que tenemos. Entonces, puede que haya algunos elementos del patrimonio cultural material, convencionales, que de repente o son banalizados o hay diferentes opiniones alrededor de estos elementos que existen y que tienen declaratoria.

De todas maneras, siempre tenemos alguna discusión alrededor de lo que valoramos, de lo que reconocemos como nuestro, como nuestra identidad.

Entonces, yo creo que sí importa mucho, en una visión muy amplia. Es reconocer lo que nos importa.

ANP: Ustedes desde el IDPC están haciendo una invitación a pensar en lo que nos importa. ¿Qué es básicamente, en lo que les gustaría pensar sobre ese patrimonio que tenemos en la ciudad?

MCV: Por ejemplo, el patrimonio natural. Cómo se desarrollan las actividades urbanas y también, en el sector rural de la ciudad, en torno al agua, a la protección de los paisajes, de los humedales y de los entornos naturales.

Bogotá está sobre un terreno que tiene muchos, muchos, recursos hídricos, espacios públicos que tienen una diversidad importante, desde la flora y la fauna. Reconocer eso, esa relación que tenemos dentro de nuestra vida cotidiana con esos elementos que hacen parte del patrimonio natural.

Es una de las reflexiones que queremos hacer. Vamos a tener actividades en torno a este tema en San Cristóbal, en Usme y en Teusaquillo, con recorridos y discusiones para entender que el paisaje es de nosotros, de nuestra vida cotidiana.

Otro tema, por ejemplo, es el de la vida de barrio, de los vínculos que se tejen entre las comunidades, entre los vecinos, entre las actividades próximas que desarrollamos en los territorios. Podremos ver lo que sucede en Teusaquillo, en el sector tradicional, que tiene un valor patrimonial, desde lo arquitectónico y también, la forma cómo viven los habitantes en ese territorio.

Igualmente, en Ciudad Bolívar alrededor de los temas de autoconstrucción, de apoyo comunitario, de la comunidad que vive allí y que se enorgullece de su historia y de cómo han logrado habitar territorios, a veces, adversos, con pocos recursos, pero con unas tradiciones alrededor de cómo construir, de cómo ocupar esos espacios, de cómo aprovechar al máximo los recursos.

En Samapaz, también alrededor de la ruralidad y de la vida campesina.

ANP: Cuando se habla de Sumapaz, por lo general, se piensa en otro municipio y realmente, es una localidad de Bogotá. ¿Cómo hacer para integrar más a Sumapaz a la ciudad, dentro de ese patrimonio que tenemos?

MCV: Nosotros proponemos actividades importantes allá, pero, sobre todo, alrededor del reconocimiento. No queremos tampoco, que se piense que debe volverse más ciudad, más urbano, porque precisamente, lo que debemos es tener como una relación armónica entre lo rural, que es el pulmón de Bogotá.

También, es el sitio donde nace el agua, el agua que todos tenemos. El Páramo del Sumapaz es supremamente importante para el país entero, no solamente para Bogotá. Es reconocer que sin esto, pues no existiríamos, casi que no habría vida. Es muy importante.

Allí habitan bogotanos, producen, hay una actividad agrícola importante y, sobre todo, una cantidad de ciudadanos que cuidan ese patrimonio natural que tenemos para la vida de todo el resto de los bogotanos.

ANP: Hay un espacio en Bogotá, que posiblemente hemos tenido un poco abandonado y un poco olvidado y que pareciera, se quiere rescatar dentro de estos patrimonios, y es el Hospital San Juan de Dios. ¿El IDPC tiene sobre este espacio, alguna programación especial?

MCV: Tenemos varias actividades. Vamos a hacer una exposición, que tendrá lugar en el Edificio San Roque. Además, tener muchas reflexiones alrededor de lo que significa el San Juan para Bogotá y para Colombia.

Allí convergen muchas memorias, de muchos temas diferentes de la historia de la salud y del derecho a la salud de los colombianos. De cómo es un ícono alrededor de la investigación en los temas de salud, de las luchas sociales, de las luchas por los derechos del trabajo, de la vida, de la salud.

También mirar esa historia desde lo arquitectónico. Es un pulmón en el centro de la ciudad, alrededor de los jardines y las plantas medicinales, que todavía existen allí, De los jardines terapéuticos.

Hay muchos frentes que tocar, que hay que tejer y entender todas esas capas que superan la belleza de sus edificios, porque hay 24 edificios diferentes, 17 con el más alto nivel de protección de patrimonio arquitectónico, pero también hay historias, hay memorias y todas las queremos entender.

Con recorridos y la exposición que se llama “Relieve”, vamos a tener una lectura de este importantísimo lugar, donde vamos a tener la mirada de otros.

ANP: La ciudad además de ser cemento y grandes edificios, de construcciones muy importantes, tiene un espacio, pulmón de la ciudad y son los parques. ¿Qué espacio le dedica el IDPC, en este mes especial, a poner de relieve los parques de la ciudad?

MCV: Los parques son muchísimos, con elementos muy importantes y es alrededor de ellos que se desarrolla la vida de muchos barrios y de la actividad cotidiana de los bogotanos. Son el pulmón verde de la ciudad, el espacio abierto para poder relacionarnos.

Dentro de todos los parques que tiene la ciudad, el IDPC quiere hacer un llamado o resaltar dos puntos muy importantes:

El Parque Arqueológico de Usme, que, como su nombre lo indica, queda en Usme y fue un lugar donde se iba a hacer un desarrollo inmobiliario convencional, de expansión urbana de la ciudad.

Cuando se estaban haciendo esas labores de urbanización, se encontró que es un lugar supremamente rico en hallazgos arqueológicos, que nos cuentan que Bogotá no comenzó cuando llegaron los españoles, sino que hay una larga historia anterior en ese territorio, que fue habitado y que fue supremamente importante.

En este Parque Arqueológico de Usme confluyen también diferentes capas, así como hablábamos del San Juan de Dios, de la vida rural, del crecimiento de la ciudad, del paisaje de este lugar y del patrimonio arqueológico, que resulta muy importante para entender que Bogotá tiene muchísima historia que contar.

El otro parque que nos parece muy importante y en el que hemos venido trabajando y es el antiguo Cementerio de Pobres, un parque estructural de la ciudad que aún no está abierto al público pero que queremos abrir como un lugar de memoria y de reconocimiento, de una historia de segregación, de cómo nuestros muertos también importan.

Que encontramos en este espacio funerario, espacialmente para los pobres, que nos hace reflexionar de cómo un lugar tan central, nos genera unos símbolos y unos sentimientos alrededor de nuestras tradiciones funerarias. También, un reconocimiento de nuestros muertos, de las víctimas del conflicto, como un lugar también, para hablar de este tema.

Vamos a hacer recorridos y socializar una larga investigación alrededor del Cementerio Central y especialmente, de este lugar; no tan convencional como el Cementerio Central, tradicional, donde están los personajes ilustres de Colombia, sino el lugar donde están la mayoría de los bogotanos, donde están los migrantes de muchas épocas, de la ciudad, de historias, especialmente del siglo XX y que fueron enterrados allí. Es un lugar que, además de ser pulmón de la ciudad, también es para reflexión y memoria.

ANP: No hay mejor sitio para conocer la historia que un museo y Bogotá es rica en museos. ¿Desde el IDPC qué se hace por rescatar la cultura del museo, que de pronto se ha perdido un poco, en especial, a raíz de la pandemia?

MCV: El IDPC nunca ha dejado de trabajar alrededor de los museos que están en la ciudad. El Instituto tiene una responsabilidad muy grande alrededor del Museo de Bogotá, que tiene varias sedes, y que es un lugar de debate sobre muchos temas de lo que significa lo urbano y la vida en la ciudad.

En esta oportunidad, queremos resaltar especialmente, la sede del Museo de la Ciudad Autoconstruida, que queda en Ciudad Bolívar. Es un lugar, apuesta de esta administración, sobre la reflexión de la autoconstrucción y sobre todo, los movimientos comunitarios para un fin común, cómo construir un barrio, cómo lograr objetivos comunes y de cómo habitar un territorio.

Vamos a lanzar una publicación sobre este tema, que se llama “Bogotá hecha a mano: Barrio autoconstruido, una gesta social y cultural”, que reflexiona sobre estos procesos de autoconstrucción de la ciudad, que no son menores. Hablamos de unos porcentajes altísimos de la ciudad, con desarrollo de autoconstrucción.

Además, es reconocer que el patrimonio de la ciudad y lo que nos hace bogotanos, no está sólo en el centro. Es volver al sur, es un lugar lleno de elementos que nos hacen reflexionar sobre lo que significa ser Bogotá.

ANP: Probablemente, ese sur, que muy posiblemente se desconoce, a veces está como señalado. ¿Qué hacer para rescatar ese espacio?

MCV: No hablaría de rescatar. Resulta que esa sede del Museo de la Ciudad Autoconstruida es casi una de las más visitadas, de todas las sedes que tiene el Museo de Bogotá.

Lo que creo que tenemos que hacer es cambiar un poco el lento de cómo vemos este sector de la ciudad. No es el sector, como usualmente se ve, de caos, de inseguridad, de problema.

La mayoría de los bogotanos viven en el sur de la ciudad y tienen elementos extremadamente valiosos sobre la vida en comunidad, de las organizaciones, de la solidaridad y de la forma de la proximidad. La vecindad, que resaltamos como supremamente importante, de ser bogotanos.

ANP: Si quisiera hacer un recorrido por el patrimonio de la ciudad, ¿cuál sería el mapa imaginario que, desde el IDPC, recomendaría o cuál sería ese mapa que tienen diseñado para que los capitalinos, y el público en general, se empapen de la ciudad?

MCV: Tenemos un amplía agenda, que puede ser consultada en el sitio web del IDPC, donde ofrecemos una gran cantidad de recorridos, por diferentes sitios, muy interesante de la ciudad de Bogotá.

A partir de esos recorridos, vamos a hacer un ejercicio con todos los que participen en ello, para hacer una cartografía en la que vamos a expresar, con todos los que participen, sus experiencias, sus sentimientos y aquello que, a partir del recorrido, conocen como valioso e importante, desde su mirada, no desde la mirada de los expertos patrimonialistas. Ya sea desde la arquitectura o de la restauración o de las ciencias humanas.

Desde la vida cotidiana, todos tenemos una forma de valorar ese patrimonio. La idea es que dentro de ese mapa de la ciudad, vamos a reconocer qué es lo que les importa a los diferentes tipos de bogotanos que existen. Desde esa mirada, invitamos a expresar o documentar qué es lo que nos importa y consideramos patrimonio bogotano.

ANP: Espacios abiertos para el diálogo, para la conversación, para el intercambio de conceptos y de culturas, hacen parte de la programación que tiene para el mes de septiembre, que seguramente, desarrollan durante todo el año, pero que tendrán en este mes, algún énfasis.

MCV: Claro que sí. Tenemos esta agenda, que además de los recorridos, incluye debates, discusiones, encuentros, escuchas, alrededor de diferentes temas que proponemos y que consideramos claves, relacionados, sobre todo, con esos trabajos que hemos venido haciendo en el Instituto, en estos últimos años.

Vamos a dialogar desde diferentes frentes y con muchos lentes, sobre el patrimonio natural, en especial del agua; de la vida de barrio, a través de diferentes encuentros y convocatorias, que pueden consultar en nuestro sitio web, con charlas y debates.

El sitio web del IDPC es www.idpc.gov.co Ahí, al abrir, la primera imagen que encontrarán son las noticias y toda la información relacionada con la celebración del mes del patrimonio en este septiembre de 2023. Allí, encontrarán la programación, los temas de discusión y todas las actividades que proponemos para reflexionar alrededor de lo que nos importa.

ANP: ¿Cuáles serán las memorias que le queden a Bogotá y a los capitalinos de este mes de Relieve, del patrimonio de la capital de la República?

A través de unas publicaciones del Sello Editorial del IDPC, queremos resaltar y aprovechar este mes del patrimonio y de los temas que estamos proponiendo de discusión a la ciudadanía, sobre las cuales, muy seguramente, vamos a tener muchos debates.

El primero, tiene que ver con la ciudad autoconstruida que se llama “Bogotá hecha a mano, Barrios autoconstruidos, una gesta social y cultura”. Un libro que se hace con la Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes, en el que se reflexiona sobre los procesos de autoconstrucción en la ciudad y cómo son las relaciones comunitarias y ciudadanas que se tejen alrededor de esta forma de habitar los territorios.

Los otros dos libros, tiene para nosotros unos significados supremamente importantes y son “La Bogotá de los muertos. Borraduras y permanencias en el antiguo cementerio de pobres”, relacionado con ese espacio que queremos recuperar del Cementerio Central, como un lugar de memoria.

Es un parque, pero no un parque recreodeportivo tradicional, sino un parque para reflexionar alrededor de esas tradiciones funerarias, alrededor de la segregación, que también es presente, no solamente en la vida, sino en la muerte de los bogotanos y toda esa historia que se puede entender alrededor de nuestros muertos y lo que allí, encontramos.

La tercera publicación, “San Juan de Dios. Guía crítica del conjunto hospitalario de Bogotá”, que más allá de contar una historia de ese grandísimo patrimonio arquitectónico que hay en este lugar, pues es mirarlo con una mirada mucho más amplia e integral, desde otros lentes y otros aspectos, para poder discutir alrededor de la lucha social, el derecho a la salud, de los vecinos, de todos los barrios que son vecinos del San Juan de Dios.

Todo con una perspectiva de enriquecer ese proyecto, que también es urgente y necesario y además, de una obligación que tenemos, de reactivación del Hospital San Juan de Dios. Reconociendo todos esos debates que hay en este lugar, podremos tener una reapertura muchísimo más impactante para los ciudadanos

 

Articulos relacionados
Publicidad
Publicidad

Lo más leido