domingo, noviembre 24, 2024
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En Caquetá, exguerrilleros de las Farc le cumplieron al desminado humanitario

Durante 34 años el monte fue su casa y siempre se le conoció con la “chapa” o el alias de Jairo López. Dos aspectos que marcaron hondamente la vida de Germán Balanta, quien ya como exguerrillero de las Farc, los ha dejado en el baúl de los recuerdos, fiel a los compromisos que adquirió, una vez firmado el Acuerdo de Paz.

“Firmamos todos el acuerdo, después ya vinieron una especie de firmas individuales, donde nos comprometimos cada uno a no volver a usar un arma en contra del Estado, de no repetir este tipo de acciones y de reintegrarnos a la sociedad civil, de forma directa, y someternos a la Jurisdicción Especial de Paz que es como el organismo que nos iba a juzgar por los delitos que habríamos cometido”, señaló este hombre nacido en Villavicencio, en el departamento del Meta, y proveniente de una familia campesina.

Como parte del proceso de reincorporación a la vida civil, Germán además asumió el reto de trabajar por las comunidades que fueron blanco del grupo armado ilegal al que perteneció. Asumió el liderazgo de un grupo también de ex combatientes, dedicado por completo al desminado humanitario.

“Estoy en una actividad humanitaria, trabajando por esas comunidades que les tocó vivir la guerra, que aún tiene un enemigo al asecho que son las minas antipersona. Estamos allí, luchando por esas comunidades, llevándoles algún alivio, devolviéndoles la tierra para que puedan trabajarla, despejándoles los caminos para que puedan transitar libremente los montes o las selvas, para que puedan cazar, para que puedan aprovechar la madera”, agregó Germán.

Fuente: HUMANICEMOS DH

Su primera misión, ahora en la legalidad, se concentró en el municipio La Montañita, ubicado en zona montañosa del departamento del Caquetá, donde fueron establecidas cuatro zonas. La última de ellas, perteneciente al Resguardo Indígena El Cedrito, en la vereda La Carpa, perteneciente a la comunidad Embera Chamí, con una extensión de 1.974 metros cuadrados.

“Nosotros iniciamos unas tareas de estudio técnico en noviembre del año 2020 con la comunidad. Yo tuve la oportunidad de ir hacer la presentación del operador, de nosotros como operadores, les conté, de donde veníamos, quienes éramos y pues también les dije que yo había estado operando en el Vaupés durante dos años, y que durante ese tiempo lo hice con comunidades indígenas”, explicó Germán, quien por su experiencia ya sabía cómo era el comportamiento y como debía ser el trato con las comunidades indígenas.

Este trabajo en La Montañita contó siempre con el apoyo financiero de la Unión Europea, a través del Fondo Europeo para la Paz, y el Servicio de Acción Contra Minas, de las Naciones Unidas, UNMAS, entidad que, por mandato del Gobierno colombiano, es la encargada de monitorear y verificar la calidad de las labores de desminado humanitario. Fue liderado desde Humanicemos DH, una organización civil de desminado humanitario, surgida del Acuerdo de Paz y conformada por más de 90 personas en proceso de reincorporación.

Fuente: HUMANICEMOS DH

“En esa actividad estuvieron comprometidos un equipo de estudio técnico, compuesto por 4 unidades; equipos de despeje, compuesto por 12 unidades; un apoyo médico todo el tiempo, que estuvo allí en caso de cualquier emergencia; también un equipo de cuatro supervisores, pendientes de toda la gestión y de que el producto final, fuera de la más alta calidad posible. Hay muchas tareas acá, que requieren de un externo con cierta capacidad profesional para que nos ayude a sacar adelante el proyecto, pero el 90 % somos personal en proceso de reincorporación, quienes hemos tomado esta decisión porque la hemos considerado muy bonita, hemos considerado que es una mera de seguir trabajando por las comunidades, de seguir trabajando por el país, seguir afianzando la paz, consolidando lo que se firmó y combatiendo las armas y los remanentes que quedan hoy en los campos productos de 50 y tantos años que estuvimos en confrontación con el gobierno”, dijo Germán, quien además, gerenció este proyecto.

Luego de más de un año de labores, de trabajos cuidadosos, minuciosos, arriesgados, Germán y sus hombres pueden decir misión cumplida. La Montañita está libre de minas antipersona, como lo certificó recientemente la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, y será restituida a la comunidad indígena Embera Chamí.

 Con la satisfacción del deber cumplido, Germán reiteró que “es una actividad que busca desarmar los espíritus, sanar heridas, porque en la guerra quedan todo tipo orificios. Esas minas están ahí al asecho de quien las atropelle, trátese de combatientes o no combatientes, que obstaculizan el desarrollo de las comunidades, entonces trabajar por ayudarle a la gente a resolver esos problemas, teniendo en cuenta que nosotros fuimos un actor de conflicto, y que seguramente en muchos casos, nosotros fuimos los que colocamos las minas y en este caso ir ahora a sacarlas, a retirarlas, a destruirlas, es un acto de reparación, es un acto muy bonito de reconciliación, es un acto donde estamos diciendo que no hay que repetir ese tipo de actividades, un acto de no repetición”

Ahora, Humanicemos DH, Germán y sus hombres, asumirán nuevos retos en este proceso de construcción de paz y del desminado humanitario. Como un reconocimiento al trabajo realizado y una muestra de confianza, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz les asignó los municipios de Solita y Cartagena del Chairá, en los que se llevarán a cabo procesos y tareas desenterrando minas antipersonales.

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